Año CXXXVI
 Nº 49.738
Rosario,
jueves  30 de
enero de 2003
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La policía recuperó el bolso que los ladrones tiraron en un pasillo
Detienen el auto y roban a la Leona Ayelén Stepnik frente a villa La Lata
Le quitaron una mochila con documentos y el contrato de su nuevo club español. Recuperó todo menos el dinero

Paola Irurtia / La Capital

La leona Ayelén Stepnik estuvo a punto de perder todos sus documentos, el pasaporte, y hasta el contrato con el que la recibirá el próximo miércoles el club Terrasas de Barcelona. La volante rosarina del seleccionado nacional de hockey sufrió un arrebato al pasar con su auto por las inmediaciones de villa la Lata. La maniobra que la tuvo como víctima fue idéntica a otras denunciadas hasta el hartazgo. Un muchacho se paró frente al coche para que se detuviera y, cuando bajó la velocidad, otro se abalanzó dentro del auto a través de la ventanilla del acompañante. Y se apoderó de la mochila con todas sus pertenencias.
El despojo fue momentáneo ya que, tras la intervención de policías de la Brigada de Orden Urbano, la campeona mundial recuperó sus papeles. Sólo perdió el dinero que llevaba.
Ayer, pasado el mediodía, Ayelén viajaba en su Chevrolet Corsa camino a la casa de su tía, que vive en la zona sur. Iba por Rueda y al cruzar Corrientes un jovencito se detuvo en medio de la calle simulando haber perdido algo en el asfalto. Stepnik iba distendida y atenta. Detuvo el auto, con la ventanilla abierta y su mochila sobre el asiento del acompañante cuando, con desesperación, advirtió que otro muchacho se había lanzado dentro del auto y salía corriendo con su bolso.
"Me voy el miércoles a Barcelona y tenía todo en la mochila, DNI, pasaporte, carné de conducir, los contratos con España, todo", contó Ayelén a La Capital después del mal rato.
Su primera reacción, que controló, fue bajarse a perseguir a los ladrones para recuperar el bolso. Pero mientras los veía correr hacia uno de los pasillos de la villa, puso primera y siguió su marcha despacio, impotente e indignada.
Fue el azar el que nuevamente le cambió el rumbo ya que camino a la casa de su tía cruzó a dos policías en moto y denunció el robo. Junto a los uniformados, después de presentarse, volvió al lugar donde había sido asaltada.
Sin perder las esperanzas de recuperar sus documentos, Ayelén comenzó a pedir ayuda a las personas que se reunieron alrededor de ella, que le ofrecían agua y palabras de aliento y tranquilidad.
Los policías se mostraban más escépticos e intentaban convencerla de que era poco probable recuperar nada de lo que entraba a ese laberinto de pobreza. Pero fueron detrás de la mochila y, dispuestos a encontrarla, pidieron más unidades de refuerzo.
El mandato de recuperar los documentos de una campeona local debe haber sido tan fuerte como el de haberse apropiado de ellos. Lo cierto es que para cualquier sospechoso por el robo la situación no iba a ser sencilla. Y los uniformados hicieron correr esa certeza en su recorrida por el asentamiento.
Mientras tanto, la campeona reforzaba los pedidos de ayuda esperando en la calle, rodeada por los vecinos y otro policía que se quedó como custodia.
La mochila finalmente apareció poco después tirada en el suelo, con toda la documentación de Stepnik, sin su dinero: unos 150 pesos que llevaba para hacer las compras de perfumería previas al viaje.
"Siempre me dicen que no pase por ahí y una es confiada. Pero hoy la cosa está brava", reconoció Stepnik, consternada por la certeza de que en su país debe evitar algunas zonas por sus índices delictivos.


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