"El seguro de salud provincial es una propuesta burda, se limita al primer nivel de atención e invita a caer en una estafa. Está diseñado para que el ministro (Fernando) Bondesío siga las recetas neoliberales del Banco Mundial". Con estas palabras la directora municipal de Atención Primaria de la Salud, Débora Ferrandini, salió al cruce de un modelo prestacional que la provincia montó hace pocas horas en Rosario y motivó la difusión de un duro documento redactado por los profesionales del área. La embestida tuvo el aval del propio secretario municipal de Salud, Miguel Cappiello, quien afirmó: "Suscribo total y plenamente un documento que ratifica un rumbo político asumido por esta Intendencia y que los trabajadores de la salud lo han tomado como propio. Incluso estamos orgullosos de él". El ambicioso plan lanzado por la cartera sanitaria santafesina pretende darle cobertura médica a quienes no poseen obra social a través de los centros de salud y con la entrega gratuita de medicamentos.
"Contamos con 10 millones de pesos para cubrir a un millón de santafesinos sin obra social", había asegurado Bondesío. La iniciativa provincial debutó días atrás en cinco centros de salud de la ciudad y busca expandirse en los próximos meses.
Cada paciente incluido dentro del plan tendrá un médico de cabecera, el centro de salud donde deberá recurrir, la nómina de profesionales y especialistas que podrán atenderlo ante una patología determinada y medicamentos gratuitos.
Pero ayer volvieron los cortocircuitos entre el ministerio y la Secretaría de Salud. En diálogo con La Capital, Ferrandini se explayó sobre el espíritu del documento. "Cualquier oferta de salud que se limite al primer nivel de atención es una estafa y los trabajadores de la salud podrían quedar atrapados en esa situación. Este seguro está reducido exclusivamente a la atención primaria, porque no se asegura la asistencia integral de la gente", disparó la funcionaria municipal.
La arremetida de la directora de Atención Primaria fue avalada de inmediato por Cappiello quien coincidió en todos sus términos. "Suscribo todo y cada una de los conceptos vertidos en el documento y no hace más que ratificar el rumbo elegido por la Intendencia hace años atrás. Los trabajadores de la salud lo toman como propio y se hacen carne de ello. En realidad me siento orgulloso de lo que han redactado. Lo avalo total y plenamente", se explayó el funcionario.
Es más, el secretario municipal de Salud destacó la forma en que el municipio gestiona la salud "con un proyecto de trabajo en red, donde se articulan distintos niveles de complejidad. Eso sí es un seguro de salud", dijo para aclarar: "Para todo esto es necesario un presupuesto adecuado, un programa y una decisión política".
Por su parte, el subsecretario del área, Mario Drisun, apuntó a la falta de coordinación de ambos sistemas públicos en lo que atañe a la mediana y alta complejidad. "El Hospital Centenario opera un solo paciente por semana, cuando muchas veces nosotros debemos derivar pacientes a los privados", remarcó.
Las diferencias
Entre las diferencias que Ferrandini destacó entre los modelos de salud, puso de relieve el programa de procreación responsable a cargo de la Intendencia.
"Hace 10 años que en los centros de salud municipales se proveen métodos anticonceptivos para que las mujeres opten por una procreación responsable en forma gratuita y hasta el día de hoy la provincia ni siquiera lo ha podido implementar, ni colocar un DIU a un paciente y no cobrarle nada", prosiguió la directora.
Las críticas apuntaron a la diferencia en los presupuestos destinados a salud. "El Ejecutivo local destina más del 25 por ciento de sus recursos, mientras que el ministerio se lleva sólo el 9 por del presupuesto provincial", aseguró la profesional. Y precisó: "El 80 por ciento de la atención primaria en salud de Rosario y otra porción de la región sur la sostiene la Municipalidad junto a sus hospitales con mediana y alta complejidad".
Además se acentuó otra diferencia entre ambos modelos prestacionales. "Para acceder al sistema provincial hay que pagar. Si un paciente concurre a un hospital que depende de la provincia debe pagar por los servicios que se le prestan y frente a esto el seguro de salud no ofrece ninguna respuesta más que organizar el primer nivel de atención", prosiguió Ferrandini.
Un párrafo aparte lo merece la lectura política que desde Salud municipal se hizo sobre el seguro provincial. "Bondesío sigue las recetas neoliberales del Banco Mundial para aplicar reformas en países del tercer mundo. Se introducen mecanismos que son de mercado dentro de lo público, se incentiva a la competencia con reglas del juego del sector privado. Esta propuesta es burda porque sólo reorganiza una parte del sistema", recalcó la Ferrandini.
Otro de los puntos establecidos en el documento refiere a la compensación salarial que recibirán aquellos trabajadores de la salud que dependen de la provincia. En rigor se trata de un sistema de cápitas, en el que los profesionales que ya se desempeñan en efectores provinciales recibirán un plus por sumarse al nuevo sistema.
"Es un incentivo que se cobra en negro, provoca un trabajo a destajo y sólo hace hincapié en un registro de pacientes sin hacer una lectura epidemiológica de las consultas. Además destruirá la labor en equipos", fustigó Ferrandini para acotar: "Si hay presupuesto, que se invierta en calidad y cantidad remunerativa. Y que se garanticen los derechos de los trabajadores".