Washington y Bagdad. - Rusia podría sumarse en el Consejo de Seguridad de la ONU a una posición más dura, al lado de los estadounidenses y británicos, si Irak obstaculiza el trabajo de los inspectores de desarme, advirtió el presidente ruso Vladimir Putin, en un giro drástico de la posición que hasta ahora había mantenido su país, uno de los cinco miembros permanentes del Consejo y con derecho a veto. A su vez, Bagdad respondió con dureza al informe presentado el lunes ante ese organismo de la ONU, acusando al jefe de los inspectores, Hans Blix, de exagerar los puntos de disenso y minimizar los logros de la misión, que cumplió el lunes 60 días de trabajo.
"Si Irak comienza a obstaculizar el trabajo de los inspectores, Rusia podría modificar su posición y ponerse de acuerdo con Estados Unidos para elaborar nuevas decisiones, más duras, en el Consejo de Seguridad de la ONU", declaró Putin en la Universidad de Kiev, capital de Ucrania. Rusia hasta ayer había mantenido una posición mucho más favorable a Irak. Se ignora si la afirmación de Putin es sólo una de las tantas expresiones de estadistas y ministros que han ido tachonando el proceso iraquí en estos meses o si configura un giro en la política de Moscú respecto a Bagdad.
Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca Ari Fleischer afirmó que una segunda resolución de la ONU para autorizar el uso de la fuerza contra Irak es "deseable", pero no obligatoria. "La preferencia (del presidente George W. Bush) siempre ha sido hacer las cosas con el mayor apoyo internacional posible", dijo, pocas horas antes del esperado discurso de Bush a la nación (ver pagina 17).
En cambio, el canciller alemán Gerhard Schroeder afirmó que existe una "abrumadora mayoría" en el Consejo de Seguridad para votar una segunda resolución sobre Irak.
La queja de Bagdad
Desde Bagdad, llegó puntualmente la queja de Irak al trato que recibió el lunes por parte del jefe de los inspectores, el sueco Hans Blix. Según un diplomático occidental que trabaja en Bagdad, las autoridades iraquíes dan la impresión de estar "sorprendidas y decepcionadas" por la dureza del informe, ya que creían haber mitigado las divergencias durante la visita de Blix y Mohamed El Baradei, director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (Aiea), en Bagdad, los pasados 19 y 20 de enero.
Aunque los medios de comunicación oficiales iraquíes guardaron silencio sobre el informe, el asesor presidencial iraquí Amer Rachid declaró durante una conferencia de prensa que "no hubo una presentación equitativa y proporcional de los hechos. Hemos constatado, por ejemplo, que algunos hechos fueron aumentados y presentados como problemáticos para que tuvieran un impacto político y mediático negativo, mientras que otros, más importantes, fueron minimizados o ignorados".
Pero el influyente viceprimer ministro Tarek Aziz restó importancia a los aspectos polémicos en una entrevista concedida a la cadena de televisión canadiense CBC. En su opinión, sólo dos puntos plantean problemas entre Irak y los inspectores: el primero se refiere al pedido de los inspectores de permitir misiones de aviones espías U2 sobre territorio iraquí y el segundo a las condiciones en que los científicos iraquíes pueden ser interrogados por los expertos de las Naciones Unidas.
Pero el influyente viceprimer ministro Tarek Aziz restó importancia a los aspectos polémicos en una entrevista concedida a la cadena de televisión canadiense CBC. En su opinión, sólo dos puntos plantean problemas entre Irak y los inspectores: el primero se refiere al pedido de los inspectores de permitir misiones de aviones espías U2 sobre territorio iraquí y el segundo a las condiciones en que los científicos iraquíes pueden ser interrogados por los expertos de las Naciones Unidas.
Straw: violación flagrante
Mientras el primer ministro británico Tony Blair se prepara para reunirse el viernes con el presidente estadounidense George W. Bush en Washington, su canciller, Jack Straw, acusó a Bagdad de encubrimiento y de fraude.
Un Straw alarmista recordó que el párrafo cuarto de la resolución 1.441 estipulaba que una falta de cooperación o una falsa declaración sería considerada como "una violación flagrante" por parte de Irak.
"Al día de hoy, según los informes recibidos, Irak está en flagrante violación de esas dos partes del párrafo cuarto. Es extremadamente grave para Irak", dijo.
El canciller británico, quien hace apenas tres semanas estimaba que los riesgos de guerra eran del 40%, hizo este martes una lectura pesimista de la situación.
"Las posibilidades de ver esta crisis resuelta por medios pacíficos son menores que antes debido al increíble rechazo de Irak a cumplir rápidamente los términos de la resolución 1.441", declaró.
Pero reiteró que la guerra todavía se podía evitar con la condición de que Irak coopere "de manera total y activa" con los inspectores. "Irak cometería un gravísimo error si creyera que todavía puede seguir jugando" con los inspectores, agregó Straw. (DPA y Reuters)