"La desindustrialización y la falta de libertad sindical inciden en la baja de la afiliación de los trabajadores a las organizaciones gremiales", dijo Víctor De Gennaro. Señaló que en la actividad privada, el ajuste y los cierres de empresas influyeron en forma determinante en esa proyección.
El secretario general de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) recalcó que desde el gobierno de Alfonsín, con la ley de Asociaciones Profesionales, "muchos gremios sólo figuran como inscriptos y no le dan la personería jurídica. Afirmó que "a seis millones de trabajadores privados no se les respeta los derechos constitucionales de libre organización, mientras que son más de dos mil las entidades proscriptas porque no pueden tener personería gremial".
"A pesar de la reforma constitucional del 94, no existe libertad sindical y los trabajadores quedan a merced de las patronales porque sus agrupaciones no son consideradas asociaciones". El dirigente acusó al gobierno de "digitar a quién le da la personería y a quién no". Señaló que la misma CTA figura como "simplemente inscripta".
También recordó "la resistencia de los compañeros de Villa Constitución al formar su sindicato, al que se le niega validez y la Unión Obrera Metalúrgica los ataca, como cuando expulsó a varios de sus dirigentes".
Un nuevo sindicalismo
Para el dirigente de la CTA, "hace falta un nuevo sindicalismo donde exista la posibilidad de elección de los delegados y se respete las decisiones de las asambleas gremiales". Afirmó que sólo así se puede enfrentar a las patronales".
Al respecto señaló que "hace siglos los sindicatos se organizaban por categorías de oficios, no por la rama de la actividad como sucedió luego. Pero ahora, el mismo patrón diversifica su inversión y tiene intereses en ramas comerciales, financieras o de servicios. Ello hace que se dificulte sentarlo a una mesa; además, juegan a dejar que caiga un sector y apostar a otro, o irse del país dejando desocupados a miles de personas".
Dijo que "la tendencia es organizarse desde federaciones de trabajadores de la tierra, la vivienda, la cultura, los servicios, estatales o comercio. Hablamos de federaciones abiertas".
Para De Gennaro, "se desprestigia a las organizaciones y sus dirigentes, pero desde el poder se defienden esos privilegios para negociar con las grandes estructuras gremiales y los grupos económicos. Se teme a la democracia, por ello recurrimos a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para denunciar esa situación, esperamos que el reclamo internacional sancione y cuestione los atropellos".
De Gennaro admitió que muchos dirigentes "se integraron al modelo transformándose en empresas sindicales, decidieron que había que salvar al sindicato aunque se perdieran los trabajadores". Señaló que "participaron en las administraciones del fondo y pensión privada, en aseguradoras de riesgo de trabajo, en acciones de empresas privatizadas, como si esas empresas estatales y el capital social acumulado fuera de ellos y no del pueblo".
La Ciudad
