El hermetismo en que se mantienen las negociaciones con la misión del Fondo Monetario Internacional y la sucesión de encuentros y desencuentros con los titulares de ese organismo y el gobierno argentino no permiten conocer a ciencia cierta si el acuerdo tan esperado se hará realidad esta semana. Los economistas dividen posiciones en este sentido. Mientras algunos creen que las diferencias aún siguen complicando el escenario, otros sostienen que la presión internacional, especialmente de los países miembro del G7 permitirán avanzar en el tema. El economista Orlando Ferreres afirmó ayer que está "complicada" la posibilidad de cerrar un acuerdo con el Fondo debido a ciertas diferencias técnicas que exhiben en el área fiscal y monetaria. "Sobre si ésta será verdaderamente una semana de definiciones: habrá que esperar", explicó el ex viceministro de Economía. Para el economista Marcelo Lascano, "si bien todo lo que hace a la negociaciones, se mantiene en absoluto secreto, es probable que algo se firme, ya que hay mucha presión e interés de sectores económicos externos para quienes la perpetuación de este impasse (entre el gobierno de Eduardo Duhalde y el FMI) sería muy perjudicial para sus negocios". "Por esto, deberíamos cerrar un acuerdo transitoriamente. De esta forma se condicionaría al próximo gobierno para que no se largue a iniciativas electorales demagógicas", explicó Lascano. Por su parte, Eduardo Curia afirmó que sería necesario que el Fondo garantice a la Argentina la pronta firma de un acuerdo para que el país disponga el pago de vencimientos de deuda por 3.000 millones, sino "estaríamos como cuando vinimos de España". Consideró además que es positiva el "tino político" expresado por los países del Grupo de los Siete para que "se profundicen los términos del acuerdo" entre la Argentina y el FMI, y consideró que esto hace que haya "un clima de confianza" en la negociación. En este sentido, Marcelo Lascano consideró que la posición adoptada por la Comunidad Europea "no se trata simplemente de una adhesión sino de un reconocimiento a la actual conducción económica. "Se estabilizaron los precios y las tasas, mientras que se genera una reacción muy lenta" en la economía, explicó. "Esta reacción beneficiaría a los proveedores de los servicios públicos y de demanda de bienes masivos, los cuales son extranjeros. De modo que un arreglo con el FMI, es visto con mayor interés desde el exterior que por los propios argentinos", dijo.
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