El primer ministro israelí Ariel Sharon ordenó al fiscal general del Estado, Eliakim Rubinstein, que encuentre las fuentes que informaron al diario Haaretz sobre los supuestos delitos de fraude y corrupción que le implican a él y a sus hijos. Tras la publicación del artículo, los asesores del primer ministro convocaron una rueda de prensa en Tel Aviv, en la que calificaron dichas informaciones de "intento de derrocar el gobierno". Eial Arad, consejero de Sharon, atacó duramente al rotativo y afirmó que se trata de mentiras y de un plan organizado por los rivales del primer ministro con la pretensión de derrocarlo y forzar un cambio en el gobierno de Israel. "El primer ministro considera que es muy importante que la policía investigue toda sospecha que surja", subrayó. Además dijo que el propio Sharon colaboró en la investigación policial e informó de todo lo que sabía. "Tiene que haber una investigación policial pero no presiones y mentiras para derrocar al gobierno, concluyó.
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