Año CXXXVI
 Nº 49.715
Rosario,
martes  07 de
enero de 2003
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El mundo árabe también teme por su futuro

Anne-Beatrice Clasmann

El Cairo. - Si dentro de un mes realmente caen las primeras bombas sobre Bagdad, los gobiernos del mundo árabe que colaboran más estrechamente con Washington cuentan con una ola de protestas y violencia, que podrían poner en serio peligro su liderazgo. Pensando en esto, según evaluaciones de los observadores occidentales, en la región también se tiene que tener en cuenta la reciente iniciativa, según la cual los líderes árabes moderados aparentemente intentan obligar que Saddam Hussein renuncie para evitar un enfrentamiento armado.
El canciller de Turquía, Yasar Yakis, explicó recientemente durante una entrevista televisiva que si Saddam se exiliara, habría una posibilidad de resolver pacíficamente el conflicto entre Estados Unidos e Irak. "Hay Estados árabes que anunciaron su respaldo a este escenario", señaló.
De acuerdo al diario británico Daily Telegraph, Egipto y Arabia Saudita, entre otros países, quieren participar de un llamado en ese sentido a Saddam. Mientras la oposición iraquí y Washington ya mantienen detalladas discusiones acerca de qué líderes, además de Saddam, deberían ser acusados de crímenes de guerra, los adversarios de una acción militar ven en este llamado la última oportunidad para una salida pacífica al conflicto.

El exilio de Saddam
Desde hace meses circula un rumor de un posible futuro de Saddam como refugiado político en Libia, Egipto, Rusia o Mauritania. Sin embargo, en el mismo Bagdad casi nadie cree que el líder del Tigris vaya a escuchar los consejos de sus hermanos árabes para ahorrarle a su pueblo una nueva guerra.
Los iraquíes tampoco cuentan con un éxodo de los principales líderes del partido gobernante Baath, puesto que su futuro está tan ligado al de Saddam, que ellos sólo se sienten seguros al lado del presidente de la venganza de sus compatriotas. El opositor Kanaan Makiya califica esto de "el sistema del miedo". Saddam se aseguró permanentemente la lealtad de sus seguidores al hacer a la mayor parte de ellos cómplices de su crueldad, opinó Makiya.
Aparte de Kuwait -que no quiere perdonarle al régimen de Bagdad la invasión de 1990- no existe hasta el momento ni un sólo país árabe que recomiende una guerra encabezada por Estados Unidos contra Irak. Otros observadores árabes informan sobre presuntos planes secretos de Israel de aprovechar el caos de una guerra en Irak para expulsar a Jordania una gran parte de los palestinos de Cisjordania. (DPA)


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