Lula en Brasil, Chávez en Venezuela, Gutiérrez en Ecuador, la rebelión del 2001 en Argentina. ¿Se viene la revolución en América latina? Parece una exageración. Sí se vislumbra, en cambio, que algo se transformó en el subcontinente luego de más de una década de hegemonía del llamado "pensamiento único". La ola de votaciones por izquierda en distintos países latinoamericanos, sumada a la aparición de nuevos movimientos sociales impulsó una cambio de agenda política y económica en la región. Algunos lo llaman neodesarrollismo, otros hablan de una nueva fórmula de inserción en el mundo globalizado. Lo cierto es que, al menos, el programa de los 90, caracterizado por la desregulación, la apertura económica, la valorización del capital financiero, las privatizaciones y las políticas de ajuste fiscal comienza na compartir, y en muchos casos, perder cartel frente a la demanda de una mayor integración social. Beatriz Stolowicz, politóloga del departamento de Política y Cultura de la Universidad Autónoma de México (Unam), considera que esta transformación tiene su historia pero al mismo tiempo ubica la rebelión de 2001 en Argentina como "un punto muy sonoro de este proceso". "Es un caso que impresiona por los antecedentes del país, por haber sido una de las economías del mundo a comienzos del siglo XX, por el desarrollo relativo que vivió y hasta por un hecho que en el resto de América latina cuenta, como el de ser un país blanco, con las suposiciones que eso implicaba en materia de garantías de desarrollo". Stolowicz participó, junto a académicos e investigadores de distintos países latinoamericanos, de las II Jornadas Latinoamericanas "De la dictadura financiera a la democracia popular", organizadas en Rosario por el Grupo "Hacer la historia", de la UNR. En ese ámbito, la especialista mexicana consideró que la seguidilla de movimientos sociales, acompañadas de cambios políticos en la región, están asociadas a la crisis del llamado consenso de Washington. "La crisis económica terminó por afectar el modelo de gobernabilidad basado en el consenso de los partidos políticos tradicionales en torno del programa económico neoliberal en los 90", indicó. "Ya por el año 96, los líderes políticos de la región veían venirse esto y por eso en todas las cumbres iberoamericanas se ponía como tema central el tema de la legitimación del sistema político y en el 97 el Banco Mundial saca su famosísimo texto «Más allá del consenso de Washington», que sintetiza estas preocupaciones" Ese texto "sentó las bases del neoinstitucionalismo, que alentaba políticas de transparencia y modernización del Estado, con las cuales buscaban revalidar as estrategias políticas de legitimación y control social a través de un tema que era sensible para la gente". Desde su punto de vista, es estrategia no alcanzó para evitar la crisis. Hoy, con gobiernos no alineados automáticamente con Washington instalados en distintos países de la región y nuevos movimientos sociales articulando propuestas políticas, "las respuestas del sector hegemónico a la crisis política ya excede el tema de los partidos y aparecen experiencias neocoloniales, de contrainsurgencia directa y ocupación territorial, como el Plan Colombia". Roberto López Sánchez, de la Universidad de Zulia (Venezuela), estimó que América latina está marcando un viraje desde hace muchos años. "Lo que ahora se ve como novedoso se está viendo una nueva manera de entender la política y la participación social, con más democracia desde lo social y una reivindicación de la pertenencia latinoamericana". Para Irma Antognazzi, directora del Grupo de Trabajo Hacer la Historia de la UNR, "no sólo hay una crisis de los partidos políticos sino una crisis de la facción social que tiene la dominación política,es un resquebrajamiento que se produce cuando los de arriba y ano pueden seguir como hasta ahora".
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