Año CXXXVI
 Nº 49.712
Rosario,
sábado  04 de
enero de 2003
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Vaciaron una distribuidora de cigarrillos en violento asalto
Los delincuentes se jactaron de su impunidad. Valúan la mercadería en $10 mil

Seis delincuentes armados con pistolas y revólveres y con sus rostros cubiertos asaltaron ayer a la mañana una distribuidora de cigarrillos y golosinas de la zona oeste de la ciudad, de donde se llevaron mercadería por un valor estimado en 10 mil pesos. El botín, conformado por cientos de cartones de cigarrillos, fue cargado en la camioneta del propietario del negocio, que la banda utilizó como flete. "A la tarde te vamos a llamar para pedirte una recompensa y devolverte algo", le dijeron al dueño del local antes de escapar. El episodio ocurrió en jurisdicción de la subcomisaría 22ª. La policía dispuso un operativo para detectar el vehículo, pero sin resultados.
Joaquín Díaz es el dueño de la cigarrera ubicada en Mendoza al 7700 desde hace dieciséis años. Hace un tiempo ya lo habían asaltado, pero el golpe de ayer a la mañana le produjo un perjuicio económico difícil de superar. Además de tener que afrontar una importante deuda, el comerciante aseguró que lo peor es el daño anímico y ya evalúa la posibilidad de vender todo y mudarse a los Estados Unidos, donde vive una hija. "Uno tiene muchos proyectos, pero suceden estas cosas que no te dejan concretarlo", sostuvo.
Para Díaz el de ayer "fue un momento terrible porque no sabía en qué iba a terminar. De pronto te encontrás con una banda de tipos armados dentro de tu negocio. El miedo de que se escape un tiro, aunque sea accidentalmente, te pone muy mal y el susto es increíble", aseguró.

A punta de pistola
Eran aproximadamente las 9, cuando la lluvia arreciaba en la ciudad. Joaquín Díaz estaba junto a Silvana, su esposa, un sobrino y un cliente que había ingresado un segundo antes a comprar un par de atados de cigarrillos. El comerciante posee una camioneta Renault Trafic color blanca que había dejado estacionada de culata frente a la puerta del depósito del negocio, con el propósito de cargarla con cartones en desuso. El clima ayudó a los delincuentes, ya que calle Mendoza estaba casi desierta.
"No los vimos llegar porque estábamos ocupados cargando la camioneta. Cuatro nos sorprendieron en la puerta del depósito y otros dos se quedaron en el ingreso del local a modo de campana”, recordó Joaquín. "Fue muy impresionante", admitió el cigarrero. El negocio no posee vidrieras y su frente está cubierto con carteles y calcomanías de golosinas. En la parte de atención al público, el mostrador está protegido con un enrejado de hierro que llega hasta el techo y le imprime al local un aspecto carcelario.
"Nos metieron adentro y nos tiraron al piso. Me pegaron una cachetada, pero en general no nos hicieron daño. A cada rato nos decían que no los miráramos", agregó Díaz. Los ladrones revisaron los cajones en busca de dinero. Así obtuvieron 300 pesos, pero como el botín no los conformó decidieron echar mano a la mercadería.
La banda parecía bastante preparada y en ningún momento se notó nerviosos a sus integrantes, que se tomaron el trabajo de descargar los cartones que estaban en el interior de la Trafic para llenarla de atados de cigarrillos. "Nos vaciaron las estanterías", aclaró Díaz. En total la operación duró casi veinte minutos. Cuando el utilitario estuvo completo, los hampones tomaron también varios objetos personales de sus víctimas como la cartera de Silvana, documentos, billeteras y por supuesto las llaves de la camioneta.
Antes de irse le dijeron a Joaquín algo que sonó a broma o a consuelo de tonto. "Quedate tranquilo que a la tarde te llamamos. Pedimos un rescate y te devolvemos todo", manifestó uno de los maleantes, antes de pegar el portazo final.



Díaz vivió un momento de suma tensión en su negocio. (Foto: Gustavo de los Ríos)
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