Año CXXXVI
 Nº 49.712
Rosario,
sábado  04 de
enero de 2003
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Vía libre. Un nuevo golpe de piratas del asfalto
Abordan a un chofer y le sustraen 35 mil litros de combustible
Ocurrió en el departamento San Lorenzo, una de las "zonas calientes" del robo a transportes

La autopista Brigadier López, principal vía de conexión entre Rosario y Santa Fe, fue escenario antenoche de un nuevo atraco de piratas del asfalto que se apoderaron de un camión cargado con 35 mil litros de combustibles entre nafta común y gasoil. Al igual que en los últimos dos episodios en los que también desaparecieron importantes cargamentos de combustible, los hampones hicieron un alarde de organización que incluyó el secuestro del chofer y su posterior liberación varias horas después en la zona noroeste de Rosario a varios kilómetros de distancia del lugar del asalto.
Alcides Eladio Saucedo es un camionero chaqueño que en la tarde del jueves había llegado a la planta de Petrobras de la ciudad de San Lorenzo, al mando de un Volvo con acoplado. En ese lugar, el rodado se abasteció con 31 mil litros de gasoil que se cargaron en el acoplado y con 4 mil de nafta común que fueron colocados en el tanque principal. De acuerdo a lo informado por fuentes policiales, el destino final de la carga era la provincia de Chaco.

Viaje accidentado
El camionero, que trabaja para la empresa chaqueña World Petrol SA, salió de San Lorenzo cerca de las 22 y se dirigió por la autopista Brigadier López en dirección hacia el norte. Según lo que declaró poco después en la policía, pasó por las cabinas de peaje ubicadas en jurisdicción de esa ciudad y poco después dejó atrás la estación de servicios YPF situada antes del puente sobre el río Carcarañá. A pocos kilómetros de allí apareció un Ford Fiesta color rojo con dos ocupantes. Uno de ellos se asomó por una ventanilla y con un arma de fuego le hizo señas a Saucedo para que se detuviera sobre la banquina.
"Como me la ví venir de que podía ser un asalto al principio no le hice caso", contó el chofer. Pero enseguida no tuvo otra opción: el hombre que estaba armado hizo un gesto amenazador con disparar contra el tanque cargado de combustible con intenciones de hacerlo estallar. "Me vi obligado a parar", relató Saucedo. Cuando el Volvo quedó detenido al costado de cinta asfáltica los dos hombres se treparan a ambos lado de la cabina y ordenaron sin maltratarlo: "Agarrá todas tus cosas y prende la luz de adentro".
El que le hablaba era "gordito", tenía ojos claros, melena larga hasta la cintura, vestía pantalón corto negro y lucía un tatuaje en la pierna izquierda. El delincuente le apuntaba con un revólver a la cabeza y seguidamente le dijo: "Quedate tranquilo. Llevate tus cosas y el celular, pero no lo usés ahora". Saucedo acató la orden y, con las manos en la nuca, lo llevaron caminando lentamente hasta una Trafic blanca que ya estaba estacionada detrás de su camión con el motor encendido.
En el interior del utilitario había un hombre al frente del volante y otro sujeto más bien gordo de pelo largo que tenía la aparente misión de vigilarlo. Así se inició un paseo para Saucedo que duró varias horas. La camioneta cruzó de carril y enfiló hacia el sur, como si regresara a Rosario. Durante el periplo, el delincuente que vigilaba al camionero hablaba insistentemente por celular y parecía tener un rol de coordinador. Saucedo alcanzó a escuchar mientras estaba acostado en la caja del vehículo un presunto viaje o llegada de alguien a Entre Ríos.
Todo culminó cerca de las 4 de la mañana. En un determinado momento, los delincuentes le informaron al chofer: "Ahora agarrá tus cosas y caminá algunos metros que te vas a encontrar con un Carrefour". Lo habían dejado sobre un camino de tierra ubicado detrás del hipermercado de Circunvalación, en jurisdicción de la subcomisaría 21ª. El chofer caminó hasta la avenida y después ubicó un teléfono donde comunicó la novedad al Comando Radioeléctrico y a sus patrones en Chaco.
Voceros policiales consignaron que el Volvo apareció abandonado y sin su carga sobre la misma autopista, pero en jurisdicción de Barrancas.



Los transportes de cargas, blanco de piratas del asfalto. (Foto: Néstor Juncos)
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