Año CXXXVI
 Nº 49.712
Rosario,
sábado  04 de
enero de 2003
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Explosión turística en Mar del Plata recuerda el slogan de "la feliz"
Las expectativas para esta temporada superan largamente lo previsto en las últimas dos décadas

A comienzos de la década del 60, un conocido periodista de aquel tiempo, Enrique De Thomas, apodado Wing, instaló como emblema una idea muy publicitaria: "Mar del Plata, ciudad feliz". La extraordinaria afluencia de veraneantes que experimenta la ciudad desde los primeros días de esta semana hace reverdecer el eslogan y cambia la cara de los empresarios del turismo.
Cuarenta años después, el balneario más popular de la costa atlántica exhibe una postal que, sin duda, patentiza aquella visión del pensador costumbrista, ya fallecido.
Las expectativas de este verano superan, largamente, todo lo previsto en las últimas dos décadas. Los más memoriosos viajan, en el recuerdo, hacia los 60 y añoran aquellas verdaderas invasiones de turistas.
En rigor, el boom marplatense se produce en los 50. En su transformación edilicia, se puede decir que Mar del Plata alcanzó esta postal en un período de cinco años.
Los estudiosos evocan que se construyeron unos 300 edificios de propiedad horizontal en, apenas, un tramo de la avenida Colón. Entre la estratégica plaza Mitre y la loma -una de las mejores vistas, frente al mar- se estrenaron 12 mil departamentos.
  Del balneario clásico, con playas agrestes en Punta Mogotes, a la Perla del Atlántico, todo transcurrió en muy poco tiempo. En ese entonces, Mar del Plata tenía unos 300 mil habitantes estables y era una típica ciudad de veraneo.
  En los 70 se produce otra transformación de la mano de un notorio crecimiento demográfico, a partir de una migración cosmopolita, especialmente de la Capital Federal y algunas ciudades importantes del interior.
  Curiosamente, los años 60 también dejaron grabados los mejores recuerdos desde el desarrollo laboral porque se vivía el apogeo de la pesca, además de la construcción, y crecía la industria textil, como el fasonier o artesanal tejido del pullover.
  La politización y la vida intensa de mediados de los 70 también impactó en los años de la dictadura militar. Entre jóvenes muertos, desaparecidos y exiliados, Mar del Plata perdió medio millar entre estudiantes universitarios y activistas sindicales.
  Los 80 produjeron otros cambios devenidos del crecimiento de otros balnearios en los 250 kilómetros de costa sobre el Atlántico. Algunos, muy exclusivos, se llevaron centenares de visitantes. En tanto, Mar del Plata perdía calidad turística.
  Con los 90, la globalización y la economía de mercado, sumada a la convertibilidad, llevaron a miles de argentinos a emigrar a las playas de Brasil .
  Hacia 1996 se verificó otro fenómeno. Con el achicamiento del mercado laboral, los jóvenes emigraban de la ciudad. Se estima que hay más de cinco mil marplatenses en el exterior, la mayoría de ellos en España. Un punto en contra.
  Pero este verano está a punto de revivir aquella explosión de los 60, que añora a Wing -una especie de Antonio Carrizo marplatense- con su visión futurista en materia de turismo: Mar del Plata es única en su género. Tiene todo y para todos. De nuevo. (Télam)



Las playas muestran una concurrencia inusitada.
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