| | Editorial El peligro de la guerra
| El año 2003 parece iniciarse con una nueva escalada bélica a nivel internacional. Los tres frentes de conflicto tienen a los Estados Unidos como principal protagonista. Corea del Norte, Irak y el terrorismo internacional conjugan una situación que, seguramente, comenzará a explotar en los primeros meses de este año. La posición hegemónica que aún hoy detenta el país del norte en el plano militar y económico lo posiciona como nunca en el pico máximo de tensión bélica en cuanto conflicto asome por el planeta. Respecto de Irak, todos los analistas internacionales sostienen que Bush ya tiene perfectamente delineado el ataque y que sólo aguarda cumplir con las formalidades de la misión de inspectores que actualmente se encuentran en tierra árabe. Algunos funcionarios israelíes sostienen que Saddam Hussein no tiene armas químicas ni bacteriológicas escondidas simplemente porque ya las envió secretamente a Siria. Es una posibilidad cierta aunque imposible de develar para los inspectores de las Naciones Unidas. Bush puede encontrar justificativos suficientes para invadir Irak y la acción militar sólo depende de su convencimiento. Pero a este cuadro se le sumó durante las últimas semanas la reactivación en Corea del Norte de plantas atómicas para uso civil, según dicen las autoridades de ese país que "invitaron" gentilmente a retirarse a los inspectores internacionales. El todavía no resuelto conflicto entre Corea del Norte y del Sur tiene ahora el componente nuclear, que no es poca cosa para una región inestable. Irak y Corea son dos enemigos visibles para los Estados Unidos. Son dos adversarios que el país del norte aspira a combatir con las estrategias habituales. Pero el más temido peligro bélico lo constituye, sin duda, el creciente fenómeno del terrorismo internacional que se ha desplegado por el planeta. Las torres gemelas de Nueva York, el edificio de la Amia en Buenos Aires, una discoteca en la paradisíaca Bali o una embajada norteamericana en algún país africano. Cualquier lugar sirve para matar a inocentes. Esta es una de las tragedias de la modernidad que el mundo debe combatir no sólo con las armas sino tratando analizar de por qué se originan y retroalimentan.
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