Tormentas y lluvias intensas: suena deprimente, pero es lo que anuncia el pronóstico para lo que resta del verano. Y encima, parece que el clima está empeñado en arruinarle los fines de semana a la gente. Para ser precisos, de los nueve sábados y domingos que se contabilizaron en diciembre pasado, cuatro estuvieron bajo el agua. Un consejo: paciencia.
Pleno enero, los chicos en casa y encima aburridos, y corriendo el riesgo de que se queme el televisor por una posible tormenta eléctrica. La verdad es que ese panorama no es nada alentador para un sábado o un domingo de verano. Pero en definitiva es lo que se vivió los últimos dos fines de semana. El sábado y domingo pasados, Rosario amaneció empapada, y lo mismo sucedió el domingo 22 de diciembre. Y ya el 1º del mes pasado había llovido.
"Parece una maldición, todos los fines de semana está feo", expresó el titular de Defensa Civil de la Municipalidad, Marcos Escajadillo, quien no dudó en agregar: "Nos vamos a tener que acostumbrar porque el pronóstico oficial anuncia tormentas y lluvias intensas para Rosario hasta principios de marzo".
Es que volvió El Niño, un fenómeno climático que genera mal tiempo, y trae consigo aire cálido y húmedo en forma más persistente que los valores normales. "Es un Niño débil, no es tan fuerte como el del 98, cuando casi nos ahogábamos en la lluvia", graficó el director de Investigaciones y Cambio Global del Servicio Meteorológico Nacional, Eduardo Piacentini.
El fenómeno es un tanto caprichoso, es decir, "tendremos que acostumbrarnos a levantarnos con sol y a acostarnos con lluvia", aseguró Piacentini. En cuanto a las temperaturas que se registrarán durante el verano, el especialista precisó que el promedio será de 30 grados.
¿Una maldición?
Para aquellos que creen que la lluvia -más precisamente la que cae los fines de semana- es una maldición, hay gualichos para evitarla. Según comentó una astróloga rosarina "los primitivos ponían en práctica una serie de rituales para espantar la tormenta".
Entre los hechizos, uno es el más popular y aún hoy se sigue poniendo en práctica. Sólo hay que seguir estos simples pasos: hacer sobre la tierra una cruz con sal (elemento utilizado frecuentemente para la magia). Mientras tanto se debe pronunciar la oración "en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo corto esta tormenta en nombre de Jesús todopoderoso, amén".
Evidentemente, los gualichos no están funcionando. Para dar un dato algo alentador: desde el servicio meteorológico aseguraron que El Niño comenzará a disiparse a fines de febrero o principios de marzo.