Año CXXXVI
 Nº 49.711
Rosario,
viernes  03 de
enero de 2003
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El ex jugador de Rosario Central vino a pasar las fiestas y dialogó en exclusiva con Ovacion
El defensor Mauro Cetto hizo un balance de su adaptación en Europa

Mariano Bereznicki / La Capital

Aunque cueste creerlo parece que fue ayer. Hace un año el Colo dejaba su querida Rosario para emigrar al Viejo Continente. Nantes era su nuevo hogar. Apenas un puñado de partidos en primera división le bastaron a Mauro Cetto para que uno de los clubes más populares de Francia se fijara en el eficaz y aguerrido defensor, canalla por entonces. Como único pergamino traía a cuestas el título de campeón del mundo con el seleccionado argentino Sub 20. No era poca cosa, a pesar de la frescura de sus 19 años. Pero se fue de la misma manera en que asomó en el profesionalismo: en silencio. Y mientras se afianza en un mundo muy distinto al que estaba acostumbrado a vivir y a un fútbol superprofesional, Ovacion aprovechó su estadía en Rosario junto a su familia y dialogó con él.
"Arrancamos este torneo mal porque nunca jugábamos con el mismo equipo ni manteníamos el sistema de juego. Pero más allá de eso tuvimos una buena racha que nos permitió estar hoy en día en mitad de tabla, aunque no hay muchos puntos de diferencia con respecto al líder", comenzó relatando el Colorado.
-Por lo menos en esta temporada Nantes no está luchando el descenso.
-Es verdad. Por suerte venimos bien en el torneo y tenemos las mismas chances que otros equipos que luchan por ganar el campeonato. Todavía falta mucho camino por recorrer pero si seguimos así podemos llegar lejos.
-¿En lo personal te va mejor que en la temporada pasada?
-Gracias a Dios ya me adapté y ahora sólo me preocupo por entrenar y hacer las cosas bien cuando estoy dentro de la cancha. Había empezado como titular y después hice banco un par de partidos pero casi siempre entraba. Aunque en septiembre me lesioné y tuve que estar dos meses y medio fuera de los campos de juego. Volví hace poco y lentamente estoy volviendo a recuperar mi nivel.
-¿Se puede decir que ya pagaste el derecho a la adaptación que necesita todo jugador cuando llega a otro país?
-Sí, porque cuando llegué a Nantes tenía 19 años y prácticamente no tenía experiencia en primera división. Se me hizo muy difícil los primeros meses poder convivir en un país distinto al nuestro. Pero por suerte comencé a jugar y eso fue fundamental porque me permitió tener la cabeza ocupada en lo estrictamente deportivo.
-¿Cuáles fueron los cambios a los que tuviste que adaptarte cuando llegaste a Francia?
-Lo que pasa es que en Central estaba acostumbrado a hablar con mis compañeros todo el día. En cambio en Francia me costó mucho porque no entendía nada del idioma y no podía entablar diálogo con nadie. Entonces me limitaba sólo a mirar o escuchar en silencio sin saber qué decían los demás.
-¿Hasta dónde te sirvió que en Nantes estaba jugando Néstor Fabbri?
-De mucho, porque Néstor nos ayudó tanto a mí como a Mario (Yepes) de entrada. Era nuestro traductor y el que trataba de solucionarnos los inconvenientes. Sin conocerlo me demostró ser un gran tipo.
-Pero por lo menos al principio no te sentiste tan sólo porque estuviste con el colombiano Mario Yepes.
-Sí, en ese sentido sabía que había otra persona que estaba pasando por lo mismo que yo. Con Mario hicimos una excelente relación. Nos ayudamos mutuamente en lo que podíamos.
-¿Le pedías consejos a Néstor Fabbri?
-No hizo falta que yo me acercara porque me los daba casi siempre. Tengo que admitir que Néstor fue muy importante para mi adaptación.
-¿Se te cruzó por la cabeza en algún momento la idea de pegarte la vuelta?
-Unas cuantas veces. Sentía que me faltaba todo. Encima no sabía nada del idioma y para colmo no estaba jugando. Al principio se me hizo difícil adaptarme. Pero por suerte pude salir adelante gracias al apoyo de mi familia y mi novia, quienes siempre me alentaron a pesar de la distancia.
-Encima el equipo estaba peleando el descenso.
-Ni hablar. No me resultó para nada fácil convivir los primeros meses. Cuando llegué al club estábamos penúltimos. El clima estaba tenso pero por suerte terminamos en mitad de tabla.
-¿El hecho de que comenzaste a jugar seguido te hizo olvidar ese pensamiento?
-Seguro. Por ejemplo, en esta temporada comencé jugando de entrada y entonces se hizo todo más fácil. Pero cuando tuve que estar cerca de tres meses parado por lesión, ahí me agarró la desesperación nuevamente.
-¿Cómo es un día de trabajo tuyo en Francia?
-Hay veces que entrenamos por la mañana y otras por las tardes. Generalmente duermo una siesta y más tarde me voy a dar una vuelta por el centro o me engancho con la compu a chatear con mis amigos de acá o hablo por teléfono con mi familia o con mi novia.
-¿Y estos días de minivacaciones en Rosario?
-Tratando de estar un rato con cada uno de mis seres más cercanos. Por ahí se me complica porque no puedo estar con ellos por mucho tiempo pero por lo menos nos vemos por unos instantes.
-¿En lo deportivo, cuál es tu próximo objetivo?
-Afianzarme de una vez por todas en Nantes y seguir creciendo como jugador.



Cetto sigue conservando la misma pasión por Central.
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