El presidente de Cáritas Argentina, monseñor Jorge Casaretto (San Isidro), instó ayer a construir un país "más solidario", sobre los pilares de "la paz, la justicia y la esperanza". "Urge construir una Argentina más solidaria. Que esto que está creciendo se multiplique y realmente se generen redes de contención y de desarrollo de la dignidad humana entre nosotros", auguró el prelado sanisidrense.
El obispo insistió en que "paz, esperanza y justicia son los pilares sobre los que hay que trabajar este año", y exhortó a "poner la esperanza en Dios para que cada uno se proponga ser signo de esperanza, haciéndose confiable a los demás. Si cada argentino lo hiciera, generaríamos un clima esperanzador muy fuerte".
"El deseo para el 2003 es que, ya que justamente vamos madurando y queremos desechar la violencia, que ésta no sea solamente carencia de violencia sino la construcción del bien común por medios pacíficos por parte de todos nosotros", subrayó.
Monseñor Casaretto aseguró ayer que la gente demostró el pasado 20 de diciembre que "no quiere violencia, sino cambios", y calificó como "muy grave" que los candidatos a la presidencia "no gocen de credibilidad ni de una intención de voto más o menos lógica".
Reclamó, en este sentido, un "pacto de confiabilidad" para restablecer las relaciones entre la ciudadanía y una dirigencia que "no está a la altura de las circunstancias", y opinó que al no haberse efectuado la reforma política se "atrasa la salida" de la crisis.
"Si la gente está obligada a votar -incluso con listas sábana- por personas en las cuales no confía, estamos ante una situación de mucha incongruencia. Por eso, en algún momento, se va a tener que dar un nuevo pacto social en la Argentina donde la confiabilidad aparezca y la relación entre el pueblo y los representantes sea fluida y de confianza. De otra manera, es muy difícil seguir adelante", aseguró el prelado sanisidrense.
También cuestionó la falta de gestos y renunciamientos de la actual dirigencia política para producir el recambio "tan necesario" y valoró, por el contrario, el "crecimiento de la sociedad civil", aunque estimó que "en algún momento tienen que hacer un salto a la política, porque hasta que eso no ocurra, será difícil que podamos encontrar el camino".
Con relación a las protestas pacíficas por el primer aniversario de la caída del ex presidente Fernando de la Rúa, monseñor Casaretto aclaró que "hay que tratar que esa carencia de violencia no sea traducida por la dirigencia como un apoyo, sino como simple madurez de un pueblo que sigue expresando su desconfianza".
Los dirigentes no son creíbles
"Ninguno de los candidatos a la presidencia goza de credibilidad ni de una intención de voto más o menos lógica. Esto es grave. Por eso todavía está pendiente ese pacto de confiabilidad tan necesario para que un país pueda salir adelante".
Al hacer un balance, consideró que "la ayuda social creció muchísimo este año y el incremento de la acción de Cáritas se debió, en primer lugar, a que hubo muchos más voluntarios. Además, porque hubo más plata para administrar debido a que los subsidios crecieron siete veces y muchos eran del exterior en dólares o euros. Creció la pobreza, pero también la solidaridad".
Consideró que hay "una mayor conciencia de lo que son los problemas argentinos. La Argentina se desnudó a sí misma. Antes había quienes decían que la pobreza no era tan grave y que todo el mundo comía en la Argentina. Este año nos dimos cuenta que tenemos más del 50 por ciento de pobres, que la exclusión social es muy fuerte, que hay gente que está desnutrida".
"Eso lo está viendo el 90 por ciento de la gente. Los argentinos somos muchos más conscientes de nuestros problemas. Ha entrado en la conciencia colectiva, incluso nos ha generado una dosis de humildad que era una virtud casi carente en la Argentina". (DyN)