 |  | Editorial Alarmantes cifras de alcoholismo
 | El informe publicado por La Capital sobre las alarmantes cifras de adolescentes santafesinos que consumen bebidas alcohólicas obliga a la sociedad a reflexionar en profundidad sobre el tema y a los poderes públicos a intentar iniciativas que permitan poner freno a la tendencia ascendente, antes de que la misma se torne verdaderamente irreversible. El estudio realizado por el Servicio de Toxicología del Hospital Provincial de Rosario y una encuesta nacional revelan que más del 50 por ciento de los adolescentes de nuestra provincia, de entre 12 y 18 años, ingieren con frecuencia alcohol y casi el 70 por ciento de quienes lo hacen o consumen drogas se inició antes de los 15 años. Además, como lo señalan los especialistas, causa sorpresa y consternación al mismo tiempo el fuerte descenso en el promedio de la edad en la que comienzan a tener contacto con las drogas y el alcohol. Mientras en 1994 el porcentaje de los menores de 10 años que consumían era del 2% de la población, esa cifra se incrementó a un 3% en 1997, en 1999 pasó al 9% y durante el 2002 trepó al 23 por ciento. Desde luego, no puede evitarse asociar estos guarismos con la vertiginosa caída de la economía del país durante los últimos cuatro años y al estado de descomposición institucional desatado en el 2002. El desempleo ha sometido a decenas de miles de familias en la provincia a un cuadro de desesperación e impotencia, que también se suele manifestar en conductas de desidia, negligencia o abandono de las responsabilidades para con los hijos. Muchos de ellos, a su vez, abandonan rápidamente el colegio y pasan a vincularse con el mundo del delito. Y a corto plazo pueden verse las consecuencias: pérdida de la memoria, problemas psicológicos, acciones delictuales para conseguir los recursos que les permitan seguir consumiendo, falta de iniciativa para reinsertarse en el sistema educativo o laboral. Se trata de un panorama desolador y lógicamente complejo, pero no imposible de revertir. Por lo pronto, la economía ha ingresado en una leve franja de recuperación, de modo que es viable en cada familia comenzar a plantearse la reinserción laboral y tomar iniciativas para tal fin. Pero si sobre ello, el Estado, a través de las distintas secretarías, retoma o refuerza las campañas de prevención y control, tal como lo hizo la Municipalidad con los test de alcoholemia en los últimos días, es probable lograr una perspectiva diferente a mediano plazo. Actitud y no indiferencia frente al problema es la base para comenzar a modificar la tendencia.
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