La llegada de Gaona terminó satisfactoriamente con una de las prioridades de Miguel Angel Russo. Ahora Central lucha contra los molinos de viento por conseguir el pase del enganche Mariano Messera, o en el peor de los casos piensa en Huguito Morales. Fuera de eso, nada. Al menos así lo expresó Russo a Ovacion el jueves durante la presentación del ex arquero de Olimpo, Quilmes, Arsenal y Atlético Rafaela por citar los equipos argentinos en los que jugó.
Lo más probable es que sea nada. Ayer, Messera insistió con su discurso tan claro como obvio desde el Distrito Federal. "Hace apenas 5 meses que este club (por Cruz Azul) invirtió dos millones de dólares en mi pase, me parece poco serio pensar en irme de México".
A pesar de la claridad de los conceptos del ex enganche tripero, Central piensa insistir. Quizás tenga guardado un as en la manga, pero lo cierto es que todo parece muy cuesta arriba.
Que el inminente técnico cementero Carrillo no vaya a tener en cuenta a Messera nadie puede asegurarlo. Es sólo una presunción sazonada con algún que otro dato oficioso sobre los gustos del entrenador. Nada más.
Ya quedó dicho que para convencerlo a Hugo Morales, habrá que apelar al menos a una mentira piadosa. El ex Huracán y Lanús gana 600.000 dólares por año en Tenerife y no parece dispuesto a dejar escapar la cuota mensual que asegura económicamente el resto de sus días y de un par de generaciones posteriores cuanto menos.
Pero en el ambiente de los empresarios futbolísticos que todo lo saben, susurran que en 10 días Huguito caerá en la cuenta de que no va a poder jugar en Tenerife en el próximo semestre porque ya es el cuarto extranjero y a esta altura en discordia.
Sugieren que Russo podría apelar a sus mejores armas para convencerlo de que le dé una mano en Central y de paso se muestre en un fútbol que siempre es visto a pesar de la crisis.
Con la misma seguridad con la que sugiere lo anterior, el hombre muy vinculado con los negocios internacionales está convencido de que Huguito cederá posiciones cuando realmente interprete lo que se le viene en la paradisíaca isla.
Una buena. Como muy buena debería calificarse. Inédita, si se quiere. Central abonó el sueldo de sus empleados hasta el 31 de octubre, por lo que achicó la deuda con su gente en más de seis meses.
La semana canalla sufrió un cimbronazo con la amenaza -legal por cierto- de la Afip de rematar la sede por una deuda fiscal. El inconveniente quedó subsanado el jueves con la presentación de un cheque (firmado por la mayoría de los integrantes de la mesa directiva) que cubre el 16 por ciento del total de la deuda. Ese dinero forma parte del plan de pago pautado con la entidad. Asunto concluido por ahora.
A. C.
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La Ciudad
