"Como técnico me formé en la escuela de Renato y del Flaco Menotti. Yo al Indio lo respeto porque fue un adelantado, más allá de lo que se diga por ahí de él y de Renato. Y al Flaco porque lo tuve de técnico en el juvenil campeón del preolímpico en Colombia, en el 80, y en el Mundial juvenil de Australia. Y también tengo influencias de Cappa en Huracán y en Banfield, y de Cayetano Rodríguez en Belgrano", advierte Sergio Giovagnoli, uno de los integrantes de la nueva generación de técnicos rosarinos que muestran una mirada más ecléctica. -¿Cómo compatibilizás al Indio con el Flaco? -Al Indio lo tuve como técnico en Newell's y fui su ayudante de campo en Aldosivi de Mar del Plata en el 98, cuando perdimos la final con Unión. El Indio fue un adelantado en los aspectos técnicos, tácticos y de trabajo. Y con el Flaco me identifico con su gusto futbolístico, su llegada al jugador. Algunos dicen que no ganó nada, pero son todas estupideces. En el fútbol todo da vuelta y todos los que ganaron algo también perdieron. Con el paso de los años uno ve que nadie es dueño de la verdad, pero tanto Menotti como Marcelo (Bielsa) son tipos coherentes. -¿Hay una nueva camada de técnicos que toman lo mejor de cada referente? -Nosotros tuvimos la suerte de ver mucho fútbol y de todo el mundo, de analizar desde Van Gaal hasta Cúper, y el técnico empezó a ser cada vez más importante. El problema es que los técnico relatamos los partidos cuando es como dice el Flaco, si hiciste bien el trabajo en la semana, ni tenés que hablar. Una vez el Toto Berizzo declaró que no era feliz en el fútbol. Y es cierto cuando las tristezas son mayores que las alegrías. El fútbol ha perdido su esencia y hay que devolverle libertad del potrero.
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