La noche del show de Skay Beilinson fue perfecta, salvo por un detalle. Una cosa es que el recital haya rescatado el espíritu ricotero de los 80, y otro asunto es que un sector del público atrase. Resulta penoso que a esta altura todavía esté vigente ese cantito que dice que Luca Prodan vive y pide que se muera Gustavo Cerati. La gente también se desubicó cuando, en medio del show, empezó a corear "se siente, se siente el Indio está presente". Menos mal que además cantaron el típico "¡Olé, olé, Skay!", cuando por fin se dieron cuenta de quién estaba sobre el escenario. Lo que sí habría que rescatar de ese público es el gesto de apoyar, de una manera u otra, la carrera solista de Beilinson. Por lo general, los fans más reaccionarios rechazan los proyectos solistas de los integrantes de sus grupos preferidos, por el simple prejuicio de que esto pueda significar el fin de las bandas.
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