Alguna vez Maradona confesó que pensó dejar de jugar al fútbol cuando Menotti lo desafectó del plantel que iba a jugar el Mundial de Argentina 78. Por suerte, fue sólo una reacción del momento y tuvo tiempo para regalar fútbol por doquier. La anécdota pinta de cuerpo entero el amor propio de los cracks. En ese sentido, Luciana Aymar vivió una situación similar previo a los Juegos Olímpicos de Atlanta 96. Estuvo entrenando con el equipo que en ese momento dirigía Rodolfo Mendoza y al final fue desafectada. En esa oportunidad el entrenador prefirió llevar a jugadoras de mayor experiencia, entre las que se encontraban las rosarinas Julieta Castellán y Ayelén Stepnik, teniendo en cuenta que Lucha tenía 19 años recién cumplidos, el mismo motivo por el cual Maradona quedó al margen del Mundial 78. Fue un golpe duro para Lucha que le costó asimilar. Pero fueron varios los que se le acercaron y le manifestaron que por su edad iba a tener otras oportunidades. Y así sucedió. Su primera participación internacional en mayores (ya lo había hecho en juveniles) fue en el Mundial de Utrecht 98, donde Argentina culminó cuarta. Después comenzarían a llegar los triunfos y la distinción del año 2001 como la mejor del mundo. Una historia parecida a la de Diego.
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