Según un oficial de la policía rosarina con experiencia en pesquisas criminales los asesinatos de ancianos son "más difíciles de aclarar" que otras muertes violentas. "Por lo general uno se encuentra con un entorno muy cerrado, donde no se abre la información. A veces el responsable es el menos pensado. En la mayoría de los casos aclarados se ve que los homicidas eran allegados a las víctimas, como por ejemplo en el de la calle Entre Ríos (el crimen de Rebeca Svaiger). Por eso se tratan de establecer las relaciones de las víctimas, cuáles eran las necesidades económicas del entorno o qué gasto se hizo posteriormente", dijo el investigador, que pidió reserva de identidad. De acuerdo al vocero, "después del corralito y del corralón los ancianos son las personas que suelen guardar plata en la casa. A veces atraen la atención haciendo alguna manifestación de dinero y se convierten en víctimas de delitos. Estos crímenes son obra de delincuentes ocasionales. Un ladrón experimentado roba y se va, no asesina".
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