En medio de una crisis sin precedentes para el sector de la salud, Parmiggiani entiende que los sanatorios y los médicos son quienes están llevando la peor parte. "Las obras sociales sufren del mayor desempleo y de la falta de aportes, pero al menos le recompusieron un punto los aportes (del 8 al 9 por ciento) y reciben su parte de los 100 pesos de aumento. Por otro lado, las prepagas tuvieron muchas bajas o pases a planes más baratos y la crisis del Estado nacional repercutió sobre el negocio, mientras que del otro lado se dispararon los precios de los insumos". Un resultado de este proceso es que mucha gente deba recurrir a los servicios especializados de salud por su propia cuenta, una tendencia que se viene revelando en el caso del ICR. ¿Cómo se sale de este cuello de botella? Parmiggiani entiende que "para evitar una eclosión generalizada hay que generar una racionalización del gasto de los financiadores entre los distintos actores que intervienen en el área de salud" y para ello hace falta constituir una mesa de concertación nacional. Y a nivel provincial se debería instrumentar alguna herramienta similar, en este caso con la participación del Iapos (Instituto Autárquico Provincial de Obra Social). Caso contrario, advierte el titular del ICR, "sanatorios y médicos seguiremos pagando las consecuencias con nuestros quebrantos".
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