El Instituto Cardiovascular de Rosario (ICR) se convirtió en la primera prestadora de servicios de Latinoamérica que consiguió las normas de calidad en un área crítica como la hemodinamia, en el marco de un proceso de búsqueda de eficiencia que apunta a certificar el 100 por ciento de su operatoria. Así lo puntualizaron directivos del centro asistencial que integra el grupo Oroño, y destacaron que lo lograron a pesar de la la generalizada crisis que sacude a las empresas que prestan servicios de salud, que se desfinanció a partir del cambio de las reglas de juego de la convertibilidad.
El ICR certificó la versión 2000 de las normas ISO 9001, y lo hizo para las áreas de hemodinamia, administración de internaciones y enfermería de cuidados generales. En Rosario existen otros centros asistenciales que también obtuvieron sus normas, pero en todos los casos la certificación quedó restringida a sectores administrativos. En este caso se trata de un área delicada como la hemodinamia y en poco tiempo más seguirán otras como la unidad de recuperación cardiovascular y la coronaria, como también las administración general y el área de mantenimiento.
"Nos propusimos llegar al 100 por ciento de nuestra actividad y hace un año y medio que estamos trabajando para ello", enfatiza Ramón Parmiggiani, presidente del ICR. En rigor, dentro de la estrategia de la compañía el plan de calidad total es más una consecuencia que un fin en sí mismo. "Siempre dijimos que queríamos ofrecer el mejor servicio para la atención de los problemas cardíacos posible y es lo que venimos haciendo desde 1993, con un proceso de mejora continua. En esa situación fue que registramos que estábamos en condiciones de certificar y de allí decidimos recurrir a una auditoría externa", acota el ejecutivo.
Más allá de lo que pueda reportar la certificación en cuanto a la imagen corporativa puertas para afuera, en ICR destacan otro tipo de beneficios:
* Participación y responsabilidad del personal en la gestión.
* Máximo aprovechamiento de los conocimientos del personal y autogerenciamiento de las tareas.
Aunque Parmiggiani entiende que este logro de calidad debería ser "recompensado" por los financiadores de la salud, descree que ello pueda llegar a ocurrir, al menos en el corto plazo. "Lo vamos a intentar y se lo plantearemos a obras sociales y prepagas, pero no abrigamos muchas esperanzas al respecto", sostiene.
El ICR surgió en 1993 y se especializa en la prevención y atención de afecciones cardiovasculares en forma integral. Lo largo de casi una década tuvieron más de 10.500 pacientes internados, 5.800 procedimientos de hemodinamia y 2.700 cirugías cardiovasculares.
| |
La Ciudad
