"En materia de seguridad hemos logrado cosas muy importantes", dice Borgonovo. Y cita por primera vez un caso que permaneció oculto. "En una escuela de Santa Fe apareció un remisero pidiendo retirar a un alumno. Después de una serie de preguntas al conductor del vehículo, éste dio datos concretos sobre lugar de domicilio, nombre y actividad de los padres del chico, todo... Un juez investigó el caso y comprobó que, con anterioridad, habían robado archivos con datos de los padres y alumnos. Con una comunidad prevenida e informada evitamos el primer intento de secuestro en la provincia". Y reafirma que tampoco se sucedieron episodios que sacuden espasmódicamente a otras provincias: "No hubo ataques a efectivos policiales ni toma sistemática de rehenes. Lo mismo sucedió con las zonas rurales, donde se evitaron robos y se mantuvo a raya el delito".
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