Las Leonas lo hicieron. Argentina es el mejor equipo del mundo en hockey femenino. Por primera vez en la historia y después de tres intentos fallidos en otras tantas finales, la selección de Sergio Vigil se consagró campeona del mundo en Perth (Australia) después de derrotar en una angustiante serie de penales a Holanda por 4 a 3 tras igualar 1 a 1 el tiempo reglamentario y el alargue de 15 minutos divididos en partes idénticas.
Seguramente no fue la mejor actuación de Argentina en el Mundial, tampoco fue la que más mereció esta madrugada quedarse con el triunfo, pero al final abrochó la corona que más merecía para instalarse definitivamente en la historia de un deporte que siempre fue protagonista a nivel internacional pero al que sólo le faltaba el título.
Quizás aquel gol de Inés Arrondo a los 4' tras una gran jugada de Luciana Aymar haya sido la peor medicina para Las Leonas que de allí en adelante eligieron entregarle la posesión y el campo a su rival que empató en el último minuto de juego cuando las argentinas saboreaban el título.
A pesar de cederle peligrosamente el protagonismo al equipo más ganador del hockey femenino, Argentina creó las situaciones más importantes de la primera mitad que bien pudieron estirar las cifras, aunque hubiera sido exagerado.
En el segundo tiempo, la selección de Vigil se paró bien atrás y a partir de una sólida defensa estiró el partido hasta el final con el resultado a favor, pero sobre la hora Boomgaardt, a la salida de un córner corto le puso justicia al resultado.
En el alargue, las precauciones pudieron más que la osadía de ambos equipos, pero allí también hubo una luz para Holanda que jugó mejor.
Llegó la hora de los penales para que Mariela Antoniska tuviera su revancha de la Champions Trophy. La arquera argentina atajó 4 penales, incluido el que le dio el título a Las Leonas, y se convirtió en la heroína de la serie.
En la definición, convirtieron Margalot (falló otro), Burkart (hizo dos y fue la gran figura de Argentina durante el partido) y Rognoni (marró uno). La arquera holandesa les atajó a Oneto y Aymar.
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La Ciudad
