Año CXXXVI
 Nº 49.686
Rosario,
domingo  08 de
diciembre de 2002
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Reutemann no dudó en conducir una Ferrari
El gobernador exhibió sus condiciones acelerando a fondo

El gobernador Carlos Reutemann jamás consigue despegarse de su principal pasión: el automovilismo. Invitado especialmente al homenaje de Froilán González, el Lole no dudó en dar algunas giros en el autódromo municipal a bordo de una Ferrari Modena 360 F1, propiedad de Juan Molinari, uno de los organizadores del encuentro, quien lo acompañó durante los ensayos.
Ni bien llegó al autódromo, Reutemann no dudó ni un instante cuando le consultaron cuál era el vehículo que quería conducir. El mandatario santafesino se subió a la Ferrari y a medida que iba girando se fue adaptando al andar del auto. De a poco fue aumentando la velocidad, y ya en los últimos vueltas pisó el acelerador a fondo demostrando que sus dotes para conducir siguen intactas.
"Me parece que fuiste bastante rápido", le comentó luego el vicegobernador Marcelo Muniagurria, ante la cara de sorpresa de Reutemann, que le respondió: "¿Te parece?".
Después Reutemann siguió las alternativas de la competencia distendido y repartiendo sonrisas a todos aquellos que se acercaban para sacarse una foto o pedirle un autógrafo. Y hasta bromeó con una persona que pretendía fotografiarse junto a él y al vicegobernador Muniagurria. Este personaje se ubicó entre ambos y el Lole tuvo una salida irónica: "En el medio está el gobernador".
También conversó durante varios minutos con Froilán González, quien agradeció especialmente su presencia, y con José Frondutto, un ex corredor rosarino de mecánica nacional de la década del 50. Es evidente que Reutemann disfruta como nadie cuando se mueve en el ambiente tuerca.
Antes de que la competencia de regularidad finalizara, Reutemann se subió al helicóptero, que él mismo conduce, y partió no sin antes sobrevolar por encima del circuito para seguir desde un lugar privilegiado las alternativas de la prueba.
Así Reutemann tuvo un día diferente, rodeado de tuercas que le permitieron, al menos por unas horas, no pensar en política.
Quien no quiso ser menos que Reutemann fue el concejal Oscar Larrauri, que a bordo de su coupé Corvette intervino en la prueba de habilidad conductiva, en la que sus derrapes tuvieron un caluroso aplauso.


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