Mariano Bereznicki / La Capital
Lo tenía contra las cuerdas. Pero no podía noquearlo. Central fue un fiel reflejo de esos boxeadores que por no poder dar ese preciso y eficaz impacto terminó siendo víctima de su propia presa. En el momento menos imaginado recibió el golpe que lo dejó tendido en la lona. Cuando faltaban apenas tres minutos para que se bajara el telón del partido y todo hacía suponer que se venía el alargue, el destino pareció jugarle en contra a la cuarta división auriazul. Es que el bicho colorado, en la única situación que generó durante todo el desarrollo del encuentro, se encontró con el gol y por ende se adueñó del título del torneo Clausura ante un conjunto canalla que había hecho demasiados méritos como para no terminar derramando lágrimas .
Cuando Franco Niell se le escapó a Ledesma por izquierda y tiró el centro al área para el hasta entonces infructuoso Olcese, este se quitó de encima a Giardina, eludió a Ojeda después y definió con un toque suave con todo el arco a su disposición. Recién allí, sobre el final, pareció que el alma le volvió al cuerpo a Argentinos.
Y mientras en un sector de la cancha de Villa Domínico festejaban los bichos, muy cerca varios cuerpos canallas yacían desconsolados. Y no era para menos, si Central venía haciendo todo bien en la segunda etapa, pero no podía dar el estiletazo final. Y lo terminó padeciendo en carne propia.
Dos rivales que se conocían muy bien estaban una vez más frente a frente. Por un lado se encontraban los de La Paternal, que desde que comenzó el torneo fueron uno de los principales animadores. En el otro sector estaba Central, ese mismo que también se erigió a base de su rico plantel en uno de los firmes candidatos.
Por cómo se desempeñaron los equipos durante toda la temporada era una fija que el principal escenario de batalla iba a ser el mediocampo, donde la riqueza técnica era el común denominador.
Y fue así nomás. Porque los bichos se adueñaron de la pelota ni bien comenzó el partido y no la largaron. Aunque a pesar de ese predominio no pudieron llegar con claridad.
Como si la ineficacia de los volantes canallas para contrarrestar el juego del rival no bastara hubo que agregarle otro punto oscuro: la lesión de Renzo Ruggiero cuando no se había jugado ni siquiera media hora de partido.
Cuando arrancó el complemento se invirtieron los roles. El descanso vino bien para que Galloni y Riquelme ajustaran algunas piezas en el andamiaje canalla y de a poco fueran acorralando a Argentinos hasta meterlo dentro de su área. Dominaba y hacía rotar la pelota con mucho criterio. Pero no convertía. Y eso que Giardina, Encina, Vizcarra y Andrés Díaz tuvieron sus chances.
En cambio su rival, cuando cruzó el paralelo canalla, fue contundente. Y el tanto que señaló Olcese cuando se venía el pitazo final le sirvió para obtener el título. Para Central, Argentinos ayer fue un mal bicho.
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La Ciudad
