Año CXXXVI
 Nº 49.684
Rosario,
viernes  06 de
diciembre de 2002
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Desequilibrio. Muchos dependen de la ayuda del Estado
En Rosario hay menos villas miseria
Sin embargo, las familias relocalizadas no pueden mejorar su nivel de vida

En Rosario, la desindustrialización y las migraciones impusieron políticas asistenciales y habitacionales para hacer frente a una explosión de la pobreza. Desde la Secretaria de Promoción Social de Rosario, Miguel Zamarini indicó que en 2001 se registraron 92.386 personas viviendo en asentamientos irregulares, mientras en 1996 eras 112.235. Según el funcionario, las familias que dejaron esos núcleos se ubican hoy en barrios pobres, también en Fonavis, accedieron a planes de vivienda del municipio o se fueron de la ciudad.
Zamarini indicó que el cambio de vivienda no significa un mejor nivel de vida, muchos siguen desocupados o recibiendo planes y ayuda del Estado. También dijo que en Rosario son cerca de 400 mil las personas que no cubren algunas de sus necesidades: alimentarias, de salud, vivienda o son inquilinos que ya no pueden afrontar sus obligaciones.
Los desplazamientos más notorios se dieron en zonas como Bella Vista -Carriego y Pasco- donde en 1996 vivían 8.541 personas (1.818 familias), en tanto que en 2001 se registraron 5.656 (1.421 familias). En otros barrios como Las Flores Sur, en el 96 había 2.422 personas (495 familias), mientras en el 2001 se contabilizaron 802 personas (191 familias). Pero otro asentamiento en la misma zona (que antes no existía) aglomeró en 2001 a 6.185 individuos.
También en 2001 se relevaron asentamientos que no existían en 1996, como los de Nuestra Señora del Rosario (1.308 personas), Buena Nueva (632), Saraniti (647), barrio 23 de Febrero (368) y Cerámica (301). El relevamiento realizado en diciembre de 2001 debió ser suspendido "por razones de seguridad ante la crisis y violencia" desatada en ese momento. A esa fecha, se habían establecido 19.949 hogares en condiciones precarias, ocupadas por 22.937 familias (92.386 personas).
Los asentamientos se han conformado en los últimos años por el aporte importante de migraciones de familias del norte de Santa Fe y de provincias limítrofes.

El abandono de las tierras
"Cientos de trabajadores rurales ya dejaron el campo porque los endeudamientos los obligaron a vender", dijo Humberto Volando, quien fuera veterano dirigente de la Federación Agraria Argentina y diputado nacional. "No existe una estadística seria, pero ya desde hace cinco años, el Instituto Nacional de Tecnología Agraria (Inta) indicaba que en las mejores zonas del pais -Santa Fe, entre ellas- el 30% de los productores debieron abandonar sus tierras", dijo.
"Al no existir contralores, esas hectáreas se concentraron en pocas manos, mientras los desplazados pasaron a ser mano de obra desocupada al trasladarse a las ciudades. Allí no consiguieron trabajo porque no poseen profesión. Así es como en los alrededores de ciudades como Rosario, miles de personas que fueron gente de campo viven casi en la miseria. El hecho se repite en La Pampa, Entre Ríos, Buenos Aires y Córdoba", señaló.
Para Volando, el campo vive una situación de arrastre que se profundizó desde las medidas cambiarias impuestas por el ex ministro Domingo Cavallo. "Desde la Federación denunciamos las pérdidas que sufrían los productores, dijimos que iba a ser un desastre. Además, al no existir un contralor, esas tierras fueron adquiridas -muchas veces- por inversores que no pagan impuestos porque evaden, tanto en el país como en el exterior".

Proceso de concentración
En referencia a los nuevos propietarios que desplazaron a los genuinos dueños, Volando dijo que ante el proceso de concentración de la explotación de la tierra "la FAA presentó hace varias semanas un proyecto para evitar que capitales extranjeros se queden con muchas tierras compradas con dinero negro". La iniciativa, tratada en la comisión de Agricultura de Diputados establece que "los productores dueños de campo tienen que ingresar en un listado para saber donde tienen esas propiedades. No prohíbe la venta pero establece límites para las operaciones".
"Hemos perdido el petróleo, el gas, la flota del Estado, ferrocarriles y la aerolínea. Se ha vendido todo y ahora vienen por el suelo. Ya he dicho cuando era diputado, ante la privatización del Banco de la Nación, que se llevarían también las hipotecas sobre las tierra", advirtió. "La ley de convertibilidad significó que unas 13 millones de hectáreas quedaron hipotecadas en el Banco Nación, eso significó miseria para los ruralistas", agregó.



La falta de trabajo sigue imponiendo las carencias. (Foto: Marcelo Bustamante)
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