Al histórico edificio de Córdoba y Corrientes, conocido como La Inmobiliaria, le están haciendo un lifting. El inmueble -ubicado sobre la ochava sudoeste- data de 1916 y forma parte del patrimonio histórico y arquitectónico de la ciudad. Según aseguró ayer a La Capital el presidente del consorcio, Alejandro Posner, está siendo restaurado porque "corría peligro de desmoronamiento".
La decisión de arreglar y limpiar los frentes del edificio (por calle Corrientes y por Córdoba) corrió por cuenta de los consorcistas, quienes también se hicieron cargo de los costos de los trabajos. Si bien el inmueble forma parte del patrimonio rosarino, la Municipalidad no aportó un centavo para las obras, sólo intervino en la fiscalización de las tareas.
El edificio consta de tres bloques externos (Córdoba 1411 y 1433, y Corrientes 810), y un cuarto que es interno (se ingresa por Corrientes 810). Cada uno tiene diez departamentos (dos en cada una de las cinco plantas), además de los locales ubicados en planta baja, que actualmente son ocupados por una casa de deportes. Tiene 48 metros de alto, lo que lo convirtió en uno de los primeros en altura de Rosario.
La restauración comenzó hace dos meses en el frente que da a la peatonal, continúa con la ochava y termina con los arreglos sobre Corrientes.
"Creemos que a mediados de enero finaliza la restauración de la ochava, que comprende arreglos en la cúpula y ornamentos, que se han ido desprendiendo. Además hay que poner en condiciones las ménsulas de los balcones", detalló Posner, quien no precisó cuándo quedarán terminados los trabajos. "Todo depende del dinero", aseguró.
Un plan que no fue
En noviembre del año pasado, la Municipalidad puso en marcha un plan para preservar reliquias arquitectónicas. El puntapié inicial del programa fue la recuperación del edificio Bola de Nieve (Córdoba y Laprida). El de La Inmobiliaria integraba la lista de los futuros inmuebles a restaurar, pero el proyecto nunca se concretó.
"Ese plan, que iba a ser ejecutado con créditos del Banco Municipal, quedó en la nada. No hay plata", dijo la titular del Programa de Preservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico de la Municipalidad, Bibiana Cicutti. Sin embargo, la destacó la actitud de los consorcistas: "Es para imitar porque se están ocupando de un edificio histórico de la ciudad".
La última intervención que se realizó en el tradicional edificio fue en 1988, cuando fueron restaurados los locales de planta baja. Ahora, los consorcistas van por más: "Los arreglos eran necesarios porque había peligro de desmoronamiento, pero también tiene que ver con la idea de preservar el patrimonio rosarino", opinó Posner.