Dos mujeres, una de 72 y otra de 80, recibieron ayer el diploma de estudios secundarios, luego de cursar durante tres años en una escuela para adultos porteña, donde lograron concretar su "asignatura pendiente".
Durante el acto de promoción de la escuela de nivel secundario para adultos con orientación contable, las autoridades escolares les entregaron a las dos nerviosas alumnas los diplomas que las reconocen como peritos contables y una medalla por el esfuerzo y la tenacidad que demostraron durante los tres años de estudios.
Margarita Frigenale, de 80 años, y Emma García, de 72, concurrieron con asistencia casi perfecta durante tres años al Centro Educativo de Nivel Secundario (Cens) Nº3, de Barrio Norte, lugar que ambas eligieron para concretar los estudios que habían discontinuado varias décadas atrás.
Margarita nació en Tucumán el 19 de junio de 1922 y cursó sus estudios primarios en el colegio de Adoratrices Españolas, donde permaneció internada hasta los 15 años aprendiendo corte y confección.
En la década del 40, Margarita tuvo que trasladarse a Mar del Plata porque sufrió de paludismo y los médicos le recomendaron "ir al mar". Años más tarde se radicó en la ciudad de Buenos Aires, donde trabajó durante más de 30 años como enfermera en distintos hospitales porteños.
"Trabajé en el Santojanni y llegué a ser jefa del área de maternidad en el Fernández", contó Margarita, y precisó que "después estudié pedicuría, cosmetología y la técnica del shiatsu. Mi mente no puede parar", aseguró.
"Quiero enseñar lo que sé"
Margarita explicó que "como nunca había cursado el secundario decidí ingresar al Cens, porque además quiero enseñar lo que sé sobre shiatsu y para ello necesito tener ese nivel aprobado".
"De la escuela donde estudié rescato mucho el compañerismo entre los alumnos y por parte de los profesores, en especial a Berta, la de historia, y Daniel, el de contabilidad", remarcó Margarita, quien aseguró que "durante el ciclo lectivo sólo falté cuatro días porque soy una apasionada por la matemática".
Emma García nació en San Juan hace 72 años, donde al terminar su primario se comprometió a "hacer el secundario cuando pueda", ya que "en esos tiempos no se podía seguir estudiando", recordó.
"En la década del 50 me vine con una hermana a Buenos Aires y acá trabajamos en distintos lugares", explicó, quien se casó y tuvo una hija que actualmente tiene 30 años y vive en Brasil.
"Hace algunos años tuve un problema de salud y mi hija me aconsejó que dejara de trabajar, pero en 1999 decidí que era el momento de saldar mi deuda y entré al colegio a estudiar el secundario".
Emma sostuvo que "para mí, cursar en el Cens, fue una gran experiencia. Cuando comencé me pareció que no lo iba a poder hacer y era como leer en chino", pero "lo fui logrando con la ayuda de los profesores y de los compañeros, que me ven como a su madre".
"Ahora, con lo que aprendí, puedo manejarme sola en los bancos y adquirí conocimientos de historia que antes ignoraba", dijo Emma.
Las dos estudiantes recibieron el título de Perito Contable emitido por el Cens Nº3, dependiente de la Secretaría de Educación porteña, y aseguraron que continuarán estudiando el año próximo algún curso relacionado con "computación o inglés para perfeccionar lo que ya aprendimos".
Los Cens, surgidos de la Dirección Nacional de Educación del Adulto (Dinea) funcionan desde 1970. En la actualidad dependen de la Dirección del Adulto y del Adolescente y tienen por fin que personas mayores de 18 años inicien o completen sus estudios secundarios. (Télam)
La Ciudad
