Año CXXXVI
 Nº 49.680
Rosario,
lunes  02 de
diciembre de 2002
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Además de alimentar a 3.000 carecientes, la entidad genera proyectos laborales
La solidaridad y la dignidad se dan la mano en un barrio villense
El comedor Santa Marta inauguró una fábrica de pastas frescas con la idea de dar trabajo a los beneficiarios

Osvaldo Flores / La Capital

Villa Constitución. - El comedor comunitario Santa Marta, que diariamente alimenta a casi tres mil carecientes, recibió un subsidio de cuatro mil pesos del gobierno nacional para concretar un microemprendimiento que ya está funcionando a pleno: la elaboración de pastas frescas. Con este proyecto generaron más de una decena de puestos de trabajo, mientras tramitan otros que crearán más empleos para ser cubiertos por algunas de las miles de personas que cada día reciben allí su comida.
Fieles al proverbio de enseñar a pescar en lugar de regalar el pescado, en el comedor Santa Marta ya vislumbran que los planes para jefes de hogar desocupados que hoy cobran las mujeres que colaboran en la cocina pueden finalizar en cualquier momento. Es por eso que no descansan en la búsqueda de nuevas alternativas que le permitan seguir en funcionamiento.
"Recibimos un subsidio del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, a través del senador Oscar Lamberto, y con el dinero compramos todas las máquinas para fabricar pastas frescas. En esta tarea participarán, en horario nocturno, las mujeres que desde hace 11 años están colaborando aquí en la cocina y que ahora perciben los planes del gobierno para jefes de hogar desocupados", señaló la encargada del comedor, Inelsa de Moya, y explicó: "Con lo recaudado haremos un fondo para que puedan seguir cobrando cuando se terminen esos planes".
"Toda la mercadería que hacemos es de primera calidad y los clientes ya han comenzado a responder positivamente. Les han gustado mucho los fideos, raviolones y discos de empanadas con los que comenzamos este microemprendimiento", añadió la mujer.
Además de las colaboradoras de la cocina del Santa Marta, otros siete jóvenes participarán del proyecto en calidad de vendedores. "Hace poco que terminaron la escuela secundaria y no tienen nada para hacer. Entonces, pensando en que la juventud se tiene que acostumbrar a trabajar, los buscamos para que participen", destacó doña Inelsa.
En la cocina del Santa Marta hay una amasadora de pastas, una sobadora, una máquina de cortar fideos, una trituradora de verduras y una envasadora al vacío que representan la digna ilusión de gente humilde que, por primera en vez en muchos años, comenzará a ganarse con trabajo su pan de todos los días.
"Estamos gestionando otro subsidio para elaborar hamburguesas de pescado y por otro lado esperamos concretar la compra de un rotocultivador y más herramientas para las huertas comunitarias que impulsamos desde aquí y desde la parroquia Nuestra Señora de Luján", adelantó la encargada del comedor.



Las pastas son la primera producción del comedor.
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