Santa Fe.-María Belén Rogiano, de 19 años, fue secuestrada durante más de 72 horas, sometida a inenarrables vejámenes y a una dura golpiza por dos hombres quienes, en el transcurso de sus ataques, le hicieron saber que su propósito era vengarse de su padre, el juez de Menores Nº 1 de Santa Fe, Julio Rogiano.
Uno de los atacantes fue identificado. Se trataría de un hombre con antecedentes por violación, que acaba de purgar una condena por abuso de un menor, en un caso en el que intervino el juez Rogiano.
La joven, que padece un trastorno de inmadurez emocional y se encuentra bajo tratamiento psiquiátrico, fue secuestrada el viernes a la medianoche y liberada en la madrugada de ayer. Apareció deshidratada, con el cuerpo golpeado y temblando de pánico. Poco después fue internada en un sanatorio privado.
Desde su aparición y hasta media tarde de ayer, Belén relató cuatro veces su odisea. Mantuvo un testimonio coherente pese al pésimo estado físico y emocional, según dijeron a La Capital fuentes de la División Judicial de la Unidad Regional I.
El juez de Instrucción Nº 2, José Manuel García Porta, a cargo de la causa, dijo a este diario que la investigación recién se iniciaba con la recopilación de los estudios médicos practicados a la víctima, el análisis de sus ropas y la búsqueda del sujeto identificado en un álbum fotográfico, inmediatamente ordenada por el magistrado quien se hizo presente en el sanatorio.
Cuando Belén reconoció a unos de sus atacantes en el álbum de imágenes sufrió una una fuerte conmoción con pérdida de conocimiento.
Una vendetta
El juez Rogiano dijo que el caso del secuestro de su hija comprende varios delitos. "Está claro, por las expresiones de los captores, que lo ocurrido no sólo me afecta a mí, sino a todo el Poder Judicial. Nunca he tenido custodia y mis hijos han vivido normalmente. No queríamos prerrogativas para ellos, pero nunca imaginamos esto. No esperaba una vendetta por una resolución judicial mía", agregó.
Rogiano narró que el viernes pasado Belén "se fue con nuestro permiso y en compañía de un amigo a visitar a una amiga a la zona norte, sobre avenida Aristóbulo del Valle. Como no estaba la amiga, su acompañante se quedó porque vive cerca (del lugar). Y mi hija se fue a tomar un ómnibus en la avenida a las 0.30. Después de eso no supimos más nada".
Comentó luego que al día siguiente (sábado) "investigamos con mi mujer por nuestra cuenta. Belén nunca había hecho una cosa así, razón por la cual el domingo ya trabajamos de oficio con la policía y en conocimiento del presidente de la Corte Suprema de Justicia (Rafael Gutiérrez). El lunes hice la denuncia".
Posteriormente la familia Rogiano realizó un pedido de paradero por televisión. "Estando yo en la Jefatura -prosiguió el magistrado- Belén habló por teléfono a mi hijo y le dijo que me transmitiera que ella venía para casa. A los quince minutos habla a lo de su abuela y le dice lo mismo, pero agrega que entre las 2 y las 3 (de la madrugada del lunes) estaría en nuestro domicilio".
Rogiano comentó además que eso les sugirió que algo terrible había pasado. "A la 1.30 apareció en un estado desesperante en cuanto a sus nervios, con presión baja, deshidratada, muy golpeada, y temblando de pánico. Nos relata que dos jóvenes se le acercan mientras esperaba el colectivo y le comienzan a decir que no se vaya. Hasta que la toman y la llevan al interior de una de las villas que está cerca. No sabemos si es villa Elsa o Chaco Chico. Allí la tienen privada de la libertad. Ella se quiere escapar dos o tres veces y la interceptan siempre diciéndole que «esto te pasa por lo que tu viejo me hizo, sabemos quién sos vos y esto es una venganza»", le recalcaron sus captores.
Según relató la muchacha a sus padres, un vecino escuchó que estaban requiriendo su paradero por televisión y avisó a los secuestradores. "Entonces ellos la llevan a hablar por teléfono en dos oportunidades y después la sueltan diciéndole «corré, no te des vuelta porque si no te matamos»", contó el juez.
Rogiano dijo que al salir, Belén encontró un chico al que le preguntó por una remisería. "El muchacho la lleva hasta General Paz y Casanello, la sube a un remís a la 1 de mañana y el remisero que la lleva hasta mi casa declara posteriormente en la policía que un auto los siguió hasta mi vivienda. Desde ahí (Belén) fue internada con golpes en las piernas, hematomas en los pechos y golpes internos en el estómago".