Pedro Squillaci / La Capital
Un mazazo. Así sonó Divididos la noche del sábado en el Anfiteatro. La banda de Mollo, Arnedo y Araujo demostró en un show de dos horas y media por qué siguen siendo la aplanadora del rock. Casi sin interrupciones, Divididos repasó lo mejor de sus siete discos de estudio y regaló un cierre con un popurrí de Sumo. Más de cuatro mil personas lo ovacionó, con pancartas y cantitos incluidos, en un gesto que sirvió de bienvenida al flamante disco "Vengo del placard de otro". Desde el comienzo el show fue palo y palo. La banda de Hurlingham arrancó bien alto con "Cajita musical", el primer corte de su último disco, que exhibieron con el video del tema. La tela gigantesca ubicada detrás del escenario sirvió también para mostrar la performance del grupo a través de una cámara digital, en un recurso que sumó color al espectáculo. Pero claro, lo fuerte de Divididos pasa por su música. Y su versatilidad hace que puedan sonar impecables tanto en "La rubia tarada", como en "Despiértate nena", ese rock inolvidable de Pescado Rabioso, en una versión que no hizo extrañar para nada al Flaco Spinetta. Y eso es mucho decir. La parte tranqui llegó promediando el show. Con la presencia de Tito Fargo en guitarra, se oyeron los primeros acordes de "Como un cuento", un reggae cadencioso que se fue colando de a poquito en el corazón de la gente. A continuación sonó "Pepe Lui", la mejor balada del disco nuevo, que logró un clima especial para recibir a dos hitazos: "Par mil" y "Spaghetti del rock". Los dos temas fetiche de "Narigón del siglo" sonaron con la guitarra de Daniel "Alambre" González, otro invitado de lujo. Divididos se iba despidiendo, pero todavía había más. Nada menos que tres clásicos de "Acariciando lo áspero": "Cielito lindo", "Aladelta" y "El 38". Delirio. La gente saltaba como en una cancha de fútbol. Los cantitos de tribuna iban acompañados de revoleo de camisetas, y los torsos desnudos recibían con alivio el agua de las mangueras. Pero el calor seguía saliendo del escenario. Divididos está lejos de renegar de su historia, y mostró que sigue siendo un placer interpretar temas de Sumo. Así llegó "Ojo blindado", "Mejor no hablar de ciertas cosas" y "Atravesando el océano". El show terminó, pero Divididos sigue sonando.
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