Al profundizar en las cuestiones políticas, el derecho de autodeterminación del pueblo vasco salta a la conversación como así también la ilegalización de Batasuna, el partido político que el juez Baltasar Garzón vincula como brazo de la organización ETA. -¿Cuál es su valoración de la ilegalización de Batasuna? -Madrid dice, con la complicidad de un juez estrella (Ndr, Baltasar Garzón) que dicta autos judiciales que son más políticos que judiciales, que Batasuna y ETA son la misma cosa. Y por consiguiente a Batasuna hay que tratarle como un grupo armado. Al ilegalizar Batasuna, analizo que se está cegando un cauce de opiniones, con las que se puede o no estar de acuerdo, pero lo terrible es que se está declarando terroristas a entre un 12 y un 15% de la población vasca. Lo que es una atrocidad. -¿Piensa que se pudo evitar la ilegalización? -El presidente José María Aznar se encargó de frenar el proceso de descomposición de Batasuna. Ese sector político estaba cayendo, había perdido el 50% de su representación en las últimas elecciones, y tenía a buena parte de su electorado disconforme con el hecho de continuar con la violencia. Y el señor Aznar se encargó de interrumpir esa tendencia, quizás porque le interesa que el nacionalismo continúe dividido. De manera que muchos que estaban abandonando esa formación política hoy cerraron filas ante la agresión. Y lo que podía ser un proceso de descomposición se transformó en un reagrupamiento ante la agresión exterior.
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