| | cartas Palabras desvirtuadas
| La Alemania comunista se llamaba República Democrática Alemana (RDA), cuando de democrática no tenía ni un ápice. Así vivimos poniendo nombres ficticios a las cosas, la verdad no figura por ningún lado. Inclusive, se cumple el dicho: "La mentira cuanto más grande, más creíble". El que sufre es el pobre ciudadano, a quien se le dice que todo anda bien, cuando bien se sabe que todo anda mal. Pero no, se nos dice que no nos damos cuenta que estamos en el mejor de los mundos. Sin embargo, abundan las leyes de escritorio. Se llama ley de escritorio a aquella que redacta una persona sentada detrás de su escritorio pero que nada sabe de la gente, de la calle, la diseña así porque le parece una buena idea, al estilo del filósofo Platón. Ruego que lean al filósofo Aristóteles que dijo: "La única verdad es la realidad". Todo andaría mejor si las palabras se usaran correctamente, "al pan: pan y al vino: vino". Borremos las palabras desvirtuadas y llamemos a las cosas por lo que verdaderamente son. Susana Margarita Brack
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