Año CXXXVI
 Nº 49.667
Rosario,
martes  19 de
noviembre de 2002
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Detrás del objetivo
Newell's está a 4 puntos de su objetivo
La meta trazada en el inicio del torneo era alcanzar los 30 puntos

Mauricio Tallone / La Capital

En el juego del fútbol las comparaciones suelen ser odiosas, aunque siempre sucumben a las subjetividades de turno. Porque más allá del tema elegido para cotejar diferencias, a la larga se transforman en la unidad de medida para ensayar semblanzas y sobre todo para pegarle un buen vistazo al pasado inmediato a la hora de ubicar en qué punto de referencia quedó el objetivo trazado en su momento.
En función de esta introducción, un buen ejercicio es repasar la campaña de Newell's en el actual Apertura, acomodando las 17 fechas en tres niveles bien diferenciados por los que atravesó la producción del equipo bajo la conducción de Julio Alberto Zamora y ahora con el Bambino Veira. Conclusión: con la contribución de uno y de otro técnico, Newell's está a cuatro puntos (tiene 26) de los 30 que se fijó como meta en el inicio del Apertura para aspirar a clasificar a la Libertadores.
Pero la idea es ir por orden cronológico y descansar la mirada en el rendimiento mostrado por el equipo que por entonces dirigía Zamora. Y en ese sentido el proceso del Negro dibujó dos etapas bien signadas por la irregularidad de producciones. Por ejemplo en las primeras cinco fechas el andar colectivo de los rojinegros amontonaba elogios en el plano defensivo y tomaba con frecuencia el analgésico de los buenos resultados. Las estadísticas de ese bloque hablan de tres triunfos (Huracán, Arsenal y Talleres) y dos empates pesados como visitante en el debut con River y en la 5ª jornada ante Independiente. Hasta ahí la sumatoria de puntos (11) no sólo iba por los carriles previstos, sino que la meta anunciada amagaba con dejar de ser un eslogan renovable año tras año.
Pero la curva descendente nació con la derrota en el clásico tras 22 años de supremacía en el Coloso y desembocó con la mediática renuncia de Zamora tras consumado el empate ante Lanús en la 12ª fecha. Si bien después del partido frente a Central el equipo leproso intentó simular la debacle dando indicios de reacción con Chicago en Mataderos, la verdad es que nunca se pudo levantar del mazazo canalla y al final formateó tres caídas (Unión, Banfield y San Lorenzo) y dos igualdades, de local frente a Boca y el mencionado encuentro que obró de disparador para ponerle fin al ciclo Zamora.
Como los reiterados experimentos con técnicos del riñón ñulista siempre se quedaron a mitad de camino, el presidente Eduardo López decidió cortar por lo sano y la apuesta recayó en el entrenador de sus preferencias: Héctor Veira.
Si bien el Bambino era consciente de que se subía a un barco a la deriva, su espalda de gran motivador y una trayectoria amoldada a la miel de los títulos hicieron renacer las esperanzas de terminar en el primer tercio de la tabla, como se había propuesto su antecesor en el inicio del torneo.
Cabe señalar además que tras un bautismo fallido ante Gimnasia en La Plata (1-2), Veira juntó 10 puntos sobre 15 en disputa producto de tres triunfos (Olimpo, Racing y Vélez) y un empate de visitante con Estudiantes. Mientras que Zamora apenas había acumulado 16 unidades sobre 36 en juego y dejó en una situación incómoda al equipo de cara a reunir la media de los 30 puntos.
Comparaciones odiosas de lado, lo cierto es que tras el triunfo del domingo ante Vélez el conjunto del Bambino no sólo trepó al lugar que en su momento soñó Zamora, sino que con dos fechas por jugarse está a cuatro puntos de la meta numérica anhelada cuando arrancó el Apertura.



Ponzio pelea con Dudar. Ñuls venció a Vélez y es 5º. (Foto: Gustavo de los Ríos)
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