Año CXXXVI
 Nº 49.667
Rosario,
martes  19 de
noviembre de 2002
Min 18º
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Condenan a 18 años a un ladrón que mantenía tres identidades
En el fallo, el juez puso los tres nombres que dio el propio acusado para que no detectaran sus antecedentes

Aquino puede llamarse Sergio Ariel, Damián Rafael o Sergio Daniel. La policía y la justicia aparentemente nunca lograron precisarlo pero eso no le impidió al juez Luis Giraudo aplicarle todo el peso de la ley: lo sentenció a 18 años de prisión porque cometió un robo a mano armada mientras cumplía una pena en suspenso y al mismo tiempo lo estaban juzgando por delitos igualmente graves que había cometido en el pasado. Cuando esto ocurrió, el sujeto estaba con libertad condicional.
La confusión en torno a la verdadera identidad de Aquino no es casual: se trata de una práctica habitual entre personas del mundo del hampa, que cambian sus nombres todo el tiempo para que la policía y la Justicia no detecten sus antecedentes penales. Esto muchas veces les permite acceder a la excarcelación, un beneficio que el Código Penal otorga con ciertas condiciones, cuando su prontuario en realidad los obligaría a esperar el juicio en prisión.
Aquino, que tiene 27 años, no es un ladrón más. El juez Giraudo consideró que se trata de un sujeto de "considerable peligrosidad" y así lo escribió en su fallo después de entrevistarlo personalmente (audiencia de visu, lo llama el Código de Procedimientos Penales) y de evaluar sus antecedentes. El juicio se basa precisamente en sus antecedentes penales y en la actitud que tuvo el día que lo detuvieron por última vez: en esa ocasión, cuando se sintió acorralado, disparó varias veces su arma contra una mujer policía que intentaba arrestarlo.
Este episodio ocurrió el 12 de noviembre de 2000, a la 1.45, en Córdoba y Maipú. Mientras en el juzgado de Sentencia Nº 2 lo enjuiciaban por robos previos, también a punta de pistola, Aquino y un cómplice menor de edad entraron a robar en un quiosco y luego huyeron. Las víctimas del atraco avisaron enseguida al Comando Radioléctrico y minutos después los dos ladrones fueron acorralados por varios patrulleros.
Aquino iba armado y no dudó en abrir fuego varias veces. Igual consiguieron neutralizarlo y al final acabó bajo arresto. Le iniciaron un proceso y en la carátula del expediente colocaron los tres nombres que usó alternativamente para identificarse. Así no habría forma de lo devolvieran a las calles.
Mientras este proceso avanzaba, había otro que llegaba a su fin. Correspondía a delitos anteriores por los que el juez Antonio Ramos lo sentenció a 12 años de prisión, unificando por lo menos tres condenas por otros tantos hechos. Ahora su colega Luis Giraudo tuvo en cuenta aquel fallo porque Aquino no llegó a cumplir la sanción y entonces acumuló las penas: en total deberá sumar ahora 18 años de cárcel, siempre y cuando la Cámara Penal confirme la sentencia que fue apelada por su abogado.


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