Año CXXXVI
 Nº 49.667
Rosario,
martes  19 de
noviembre de 2002
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Confirman suicidio de la mujer hallada carbonizada en el río
Tenía 42 años y sufría alteraciones. Se había ido de su casa con un bidón de nafta

La mujer que apareció el domingo a la tarde calcinada a orillas del río Paraná dentro del predio del Acuario Provincial resultó ser una suicida que se inmoló a lo bonzo. El sábado a la noche la vieron salir de su casa, luego de protagonizar una discusión familiar, con un bidón de plástico con combustible. El misterio comenzó a develarse cuando una de sus hermanas fue denunciar a la seccional 9ª la desaparición de la mujer, paradójicamente casi al mismo tiempo en que los forenses comenzaban a examinar el cuerpo carbonizado.
María R. tenía 42 años y sufría alteraciones psíquicas por las cuales estuvo durante varios años en tratamiento. El primer dato que surgió del estudio forense y que sorpendió a los investigadores fue su edad. En principio, por las características del cuerpo, se pensó que se trataba de una muchacha de entre 15 y 20 años de edad. Pero un estudio de las piezas dentales determinó que tenía aproximadamente 50 años.
El cuerpo carbonizado fue descubierto el domingo a la tarde por un pibe que jugaba con unos amigos en el predio perteneciente al Acuario Provincial, que está unos 400 metros de la cancha de Rosario Central y pegado al camping de los Trabajadores Municipales. Estaba irreconocible y la policía sólo pudo establecer que se trataba de una mujer porque encontró los restos de una bombacha y un corpiño adheridos a lo que quedaba de piel.
Además de revelar la edad aproximada de la víctima, otro dato que arrojó la autopsia es que no había en todo el cuerpo signos de agresión como puñaladas, balazos o golpes. Lo que sí se detectó sobre la piel fueron restos de una sustancia combustible, según dijeron fuentes de la investigación.
María Alejandra vivía con su madre y una hermana en Carrasco al 1000, a unas cinco cuadras del lugar donde se suicidó. El sábado a la noche la mujer discutió con uno de sus familiares que, al parecer, le recriminaba haber abandonado el tratamiento psiquiátrico hace algunos meses. Una fuente de la investigación contó que el cuadro que presentaba María se había agravado en los últimos tiempos y sus allegados le pedían que recibiera ayuda de un profesional.
Pero la mujer siempre se mostró partidaria de practicar la medicina homeopática y se oponía terminantemente a cualquier tratamiento de salud tradicional. Lo cierto es que tras la útlima discusión, María tomó un bidón con nafta y se fue de la casa. En forma sorpresiva anunció que iría a verlo al cura Ignacio Peries cuando en realidad lo que menos sentía por el párroco de barrio Rucci era simpatía.
Sus familiares no supieron nada más de ella hasta la tarde del domingo. Una de sus hermanas se llegó hasta la 9ª para hacer una denuncia por averiguación de paradero. A esa altura del día, la policía ya trabajaba para tratar de identificar el cuerpo calcinado. Uno de los datos que permitieron aclarar el caso fue un frasco de pastillas homeopáticas y trozos de prendas chamuscadas que los investigadores recogieron en el lugar donde apareció el cadáver.
Esos elementos fueron reconocidos de inmediato por la hermana de María. Además, integrantes de la Brigada de Homicidios, que trabajaron junto a la 9ª, luego comprobaron que el medicamento encontrado junto al cuerpo había sido comprado por María en una farmacia del centro. Como ese producto debe ser expendido bajo receta de un profesional y en el comercio deben quedar registrados los datos personales del paciente, los policías confirmaron el dato. Después una pericia en las piezas dentales cerró el círculo.



El cuerpo apareció cerca del Acuario del parque Alem. (Foto: Daniel Carrizo)
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