| | Mercados: Sin acuerdo, subirán la tasa y el dólar
| Salvador Di Stéfano
El ministro de Economía recorrió todos los escritorios posibles pero volvió con las manos vacías. Hubiera pagado los 805 millones que Argentina le debe al Banco Mundial pero esto tampoco le aseguraba un acuerdo con los organismos internacionales. Por ende, trató de construir un empate técnico, cimentado en los siguientes pilares: * Pagó sólo los intereses del crédito del BM, que equivale a un desembolso de 79,2 millones de dólares, y postergó un pago del FMI por 141 millones. * Consiguió un acuerdo técnico con el FMI, pero dicho acuerdo podrá cumplirse sólo si el Congreso aprueba una serie de leyes, con lo cual Duhalde le trasladó el problema al Poder Legislativo y, por carácter transitivo, a los gobernadores, el poder informal en Argentina. * El FMI reclama superávit fiscal, aumento de las tarifas, liberación del mercado cambiario, que se terminen los amparos, equilibrio fiscal en las provincias, eliminación de las monedas secundarias y modificación a la ley de quiebras. * Por otro lado, el FMI quisiera que haya un compromiso explícito de los candidatos a presidente para sostener este acuerdo desde el 25 de mayo del año 2003. * Pero antes de tocar este punto, el FMI quisiera saber como sería el cronograma electoral, algo que se desconoce. Hasta ahora, la puja entre el FMI y el gobierno argentino es un empate técnico ya que tanto el BID como el BM no han bajado su calificación y la Argentina no ha quedado, por ahora y sólo por ahora, afuera del mundo. La pregunta obligada es: ¿qué es lo que se puede esperar para el futuro? En principio parece difícil un acuerdo con el FMI (máxime cuando le mojan la oreja bajando dos puntos el IVA en el momento en que el país no tiene ni siquiera equilibrio fiscal). De prosperar la negociación, además, será un calvario cada revisión de las metas que se harán trimestralmente. Queda claro que en Argentina ni el presidente, ni el Congreso, ni los gobernadores ni la liga de intendentes quieren realizar el ajuste. Por ende, es imposible acordar con un organismo que solicita un recorte presupuestario para poder dar credibilidad a este gobierno a la hora de reestructurar deuda. Sin acuerdo, este gobierno deberá redoblar los controles de cambio, los proyectos ligados a la exportación prosperarán (siempre y cuando tengan crédito) y los proyectos vinculados al consumo o servicios seguirán cayendo. La economía será aún más primaria y la presión impositiva aumentará para poder financiar planes sociales (ya que no habrá crédito de ningún tipo del exterior). El dólar podría ubicarse en un nivel muy elevado pero sería el paralelo ya que el oficial estaría en una cotización muy inferior. No acordar con el FMI significaría caer del mundo ya que inevitablemente se caería en cesación de pagos por segunda vez pero ahora con los organismos financieros internacionales. Se cortarían líneas de crédito hacia el país y sólo exportarían los que no necesitan financiamiento. Si a todo esto se le suma el tren fantasma de los candidatos presidenciales, el escenario económico futuro se puebla de incertidumbre. Respecto de las inversiones, sin acuerdo la tasa de las Lebac no bajará del 50% anual y el dólar paralelo se ubicará por encima de 4,50 a fin de año. Con acuerdo, las Lebac se ubicarán en un piso del 18% anual a 30 días y el dólar cerca de 4.
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