En el fondo del túnel aparece una luz. El gerente general de Intel para América latina, David Hite, auguró que después de la caída constante durante los últimos tres años en la venta de chips para computadoras en la Argentina "los próximos cinco años serán de crecimiento", siendo el primer trimestre de 2002 el punto de inflexión; y consideró que recién en 2005 se podrán alcanzar los niveles de venta de 2000. En este sentido, Hite consideró que las estimaciones más optimistas para el mercado local de computadoras hogareñas proyectan entre 250 y 300 mil unidades para este año, pero reconoció que las visiones pesimistas de 120 mil están más cercanas a la realidad del país. Durante una entrevista concedida a La Capital, el ejecutivo del mayor productor mundial de silicio esbozó un panorama sobre las perspectivas del sector tecnológico y las posibilidades reales de que la compañía realice nuevas inversiones en la Argentina. El directivo reconoció que después del peor comienzo de año de la historia nacional, los dos trimestres siguientes mostraron un repunte en la demanda de computadoras. -¿Cuál es su visión de la Argentina? -El pronóstico a nivel mundial es de incertidumbre, no sólo para la Argentina. Nuestras inversiones en el país están puestas más en el mediano y largo plazo. En el corto plazo, además de mantener nuestros clientes y ganar participación en las gamas más altas, tenemos los ojos puestos en las oportunidades que puedan surgir. -¿Cómo piensa la estrategia para una región que tiene a dos de sus principales mercados, Brasil y Argentina, atravesando una etapa de crisis económica y transición política? -En el corto plazo, competir para ampliar nuestra cuota de mercado, ya que al final del día para mi jefe soy sólo un vendedor. En el largo plazo la dividiría en dos planos: educación, como son nuestras inversiones en Educar Para el Futuro, universidades; programas en mercadotecnia, ya que Intel vio que el 70% de las compras están relacionadas con la educación de los niños; y las inversiones a través de Intel Capital, que en la actualidad cuenta con un portafolio de 500 inversiones a nivel mundial por un valor de 6.000 millones de dólares. -¿Tienen previsto realizar nuevas inversiones en Argentina? -Estamos dispuestos a hacerlo, siempre se están estudiando proyectos y estamos abiertos a nuevas propuestas. Si encontramos en el mercado local una idea de software para el manejo de soluciones por Internet podemos hacer una inversión en esta compañía. -Independientemente del default. -Sí, independientemente de cualquier crisis. Sólo depende de la validez de la idea. -¿Es tentador invertir en Argentina? -Sí. -¿Cuáles son los fundamentos? -El ambiente de inversión ahora no es tan fuerte como en la época de las puntocom, donde Argentina fue el primer país en despegar en América latina, pero continúa siendo interesante. -¿Uno de los segmentos podría ser software dirigido a la educación, que se sume a la movida que están llevando adelante en la actualidad en este segmento? -Sí. Pero no conocemos muchas empresas en este segmento en Argentina. -¿Qué posibilidades tiene Argentina de parecerse a Irlanda, pero con la vista puesta en los mercados de lengua española? -Es muy posible que lo haga, pero hay que tener el impulso para empezar. En India hay un ámbito de software, en Argentina lo hubo en su momento con software para Internet, allí era líder, pero eso explotó. Nosotros ahora estamos concentrando esfuerzos en Córdoba, pero nuestra idea es hacer más inversiones de estas características en otras regiones. -¿Entonces tienen previsto aportar fondos para generar ese microclima? -Intel Capital (la pata de capital de riesgo de la compañía) en América latina cada año revisa más de 500 proyectos de empresas y emprendedores. Además, si existe un grupo de empresas interesadas en mandar una delegación a Estados Unidos, nuestra casa matriz pone a disposición sus instalaciones para organizar reuniones con la propia compañía así como con otras del Sillicon Valley que exista interés por contactar. Intel participa en el presentación de las fortalezas del país de origen de las empresas y da una forma de respaldo ante las empresas estadounidenses. Pero esto no está pasando hoy con las empresas argentinas. M.C.
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