El almanaque sostenido por algún clavo en un rincón de la cocina o imantado a la puerta de la heladera revela que se achican las semanas que restan para llegar a fin de año. Por deducción lógica las vacaciones están a la vuelta de la esquina y los sueños de armar las valija -aunque sea por unos días- comienzan a merodear la mente de mochileros, parejas, familias y grupos de amigos. Sin dudas, uno de los destinos más visitados durante el próximo verano será la costa atlántica bonaerense, un seductor collar de playas, acantilados y dunas que contrasta con el inmenso mar azul. Allí se encadenan modernas ciudades, complejos de cabañas levantados entre pinares y confortables paradores de playa que brindan una oferta de servicios para todos los presupuestos, garantizando descanso y diversión.
Caminatas por la playa de la mano de algún ángel terrenal, paseos en gomones que se agitan al ritmo de las olas, cenas en restaurantes portuarios, noches de baile junto al mar con los pies descalzos, recorridos por médanos a bordo de cuatriciclos, cabalgatas por bosques con perfume a pino y la posibilidad de tentar la suerte en la ruleta del casino son algunas de las opciones recreativas de la costa bonaerense.
Se acerca el momento de preparar la palita de plástico, inflar la pelota playera, acondicionar la reposera, desempolvar la sombrilla y procurar un buen protector solar. Aquí un repaso por algunos de los destinos preferidos de la costa atlántica.
Villa Gesell, un vivero junto al mar
Villa Gesell, situada a sólo 400 kilómetros de Buenos Aires (700 de Rosario) es un sitio ideal para renovar energías con la simple receta de desplegar la lona sobre la playa y clavar la mirada en el mar infinito.
Primero fue el sueño de un hombre y hoy constituye un lugar anhelado por miles de viajeros de todo el país. La villa nació como un emprendimiento de don Carlos Gesell, cuando en la década del 30 se propuso vencer las inmensas dunas y transformarlas en bosques de pinos.
Hoy las antiguas arenas movedizas están a la sombra de los pinares y los bellos chalets y cabañas de madera que integran el patrimonio edilicio de la villa respetan el equilibrio natural original.
A pesar del crecimiento notable de la ciudad, el lugar todavía conserva el típico encanto de las calles irregulares de arena, donde al caer la tarde es común ver a las personas realizando caminatas y paseos a caballo.
En materia deportiva los balnearios disponen de canchas de tenis, paddle, fútbol y vóley. Por supuesto que los amantes de las actividades náuticas pueden disfrutar del jet-ski, windsurf y paseos en gomones y kayak.
Uno de los sitios más visitados de la ciudad es el Vivero Municipal. Este fue el ámbito elegido por don Carlos Gesell para realizar sus primeras experiencias y demostraciones de adaptación de las plantas al suelo arenoso. Cuando la luna gana el cielo del balneario los paseos por la avenida 3 inauguran la propuesta recreativa nocturna. La calle se convierte en peatonal y sirve de escenario para que los artistas callejeros desplieguen su propuesta de música, baile y humor.
A sólo 8 kilómetros de Gesell por la ruta interbalnearia, o siguiendo la avenida 3 hacia el sur, es posible acceder a Mar de las Pampas, donde los bosques se extienden hasta la playa solitaria. Aquí las posibilidades de alojamiento contemplan todos los presupuestos, ya que se ofrecen desde imponentes cabañas con piscina hasta confortables campings.
Pesca y cuatriciclos en Necochea
Los fanáticos de la pesca encuentran en las escolleras de Necochea el lugar propicio para practicar el deporte del silencio. El lugar ofrece las condiciones ideales para realizar surf, participar de excursiones en barco que se internan en el mar y desandar caminos de arena en vehículos 4x4.
Otro de los atractivos de la zona es el río Quequén, que presenta un lecho minado de saltos y cascadas naturales enmarcadas por una densa vegetación. En sus orillas se encuentra un complejo que ofrece cabañas, sitios para acampar y clubes náuticos que permiten practicar rafting, esquí acuático y paseos en lanchas.
También vale la pena visitar el Paraje las Cascadas, a 12 kilómetros del centro de Necochea, donde funciona un camping equipado con fogones y juegos para niños.
Otro imperdible es el puente colgante Hipólito Irigoyen, un coloso de 270 metros de longitud, suspendido por 32 cables de acero que une las ciudades de Necochea y Quequén. Es el único en su estilo del país y fue inaugurado en el año 1929.
Diversión en Pinamar
Pinamar es considerado uno de los centros turísticos de mayor jerarquía de la costa atlántica por sus amplias playas, belleza paisajística, espléndidas residencias y modernos centros comerciales. Posee 30 kilómetros de playas de suave declive, con anchos de entre 100 y 200 metros, y excelentes balnearios y paradores con todos los servicios. En relación al turismo aventura se puede trepar a los médanos en cuatriciclos, practicar sandboard o realizar excursiones en jeeps de doble tracción.
Para más información contactarse con la secretaría de Turismo, avenida Bunge 654, teléfono (02254) 491680/1, e-mail: [email protected]
Cariló, el destino top
Cariló es uno de los balnearios más exclusivos de la costa atlántica, alojado en medio de un denso y añoso bosque donde el sol se filtra casi pidiendo permiso.
La localidad se caracteriza por la excelente infraestructura de servicios. La oferta gastronómica y hotelera se complementa con pintorescas confiterías, pequeños bares y heladerías artesanales.
Cariló dispone de playas de trescientos metros de ancho con un suave declive hacia el mar. Un dato curioso es que miles de turistas alojados en otros balnearios de la costa atlántica se acercan cada verano para conocer el recoleto centro comercial, debido a su notable arquitectura.
Arenas felices
Mar del Plata es el balneario más importante del país. Dispone de una costa de más de 17 kilómetros de playa, servicios de primer nivel, un notable patrimonio arquitectónico y diversos parques, plazas y jardines.
Luego del puerto marplatense, donde es posible disfrutar de la cocina especializada en frutos de mar, se encuentra el complejo de Punta Mogotes, que en estos momentos está siendo remodelado. Al sur del complejo se suceden las playas más amplias, que son las preferidas por quienes buscan tranquilidad.
Desde las playas y escolleras se puede practicar la pesca deportiva. Además existe la posibilidad de embarcarse desde la banquina de pescadores y participar de excursiones en barcos equipados con detector de cardúmenes, que aseguran la obtención de ejemplares.
La oferta recreativa se completa con los parques temáticos, acuarios, granjas ecológicas, paseos marítimos y excursiones aéreas. La Feliz también ofrece galerías comerciales, shopping, confiterías, discotecas y casinos.
Santa Teresita desde el aire
Los atractivos de Santa Teresita se pueden comenzar a vivir desde el aire. Desde el aeródromo Jorge Newbery, ubicado en un predio de 370 hectáreas en ruta Interbalnearia y calle 37, parten vuelos de bautismo y paseos aéreos que dejan ver las playas de la ciudad.
Otra vez en tierra firme, vale la pena conocer el barrio Parque Golf, una zona residencial, de gran vegetación y calles irregulares, ideal para realizar caminatas, paseos a caballo o recorridos de cuatriciclos.
Uno de los atractivos más visitados es la carabela Santa María, una réplica exacta de la embarcación que navegó desde el Viejo Mundo hasta América, en la travesía comandada por Cristóbal Colón. Es la segunda en exactitud que existe en el mundo. La nave tiene 23 metros de largo y 8 de ancho, con una altura aproximada de 7 metros. Realizada totalmente en madera con estructura de quebracho y forrada lateralmente en tabla urunday, está encallada sobre la avenida Costanera, entre las calles 39 y 40.
Otro sitio imperdible es la banquina de pescadores artesanales. Ubicada en Costanera y calle 50, constituye un paseo recomendable para conocer los secretos de la pesca artesanal embarcada. Cuenta con puestos de venta de pescado fresco y una confitería especializada en la preparación de frutos del mar. Según la temporada, en estas costas se obtienen piezas de pejerrey, palometa, pescadilla, corvina, cazón, brótola, bagre de mar y raya.
En familia en San Bernardo
Creada bajo el concepto de "la ciudad de la familia", San Bernardo experimentó un notable desarrollo turístico en los últimos años. Hoy su peatonal es una calle comercial de intensa actividad, con una oferta que abarca gastronomía, negocios de ropa y venta de artesanías, videojuegos, heladerías y todo lo necesario para complementar la jornada luego de la playa.
Las playas reúnen a miles de familias y grupos de jóvenes para practicar deportes náuticos, beach-vóley, surf, paleta y tejo. Además se ofrecen complejos para la práctica de tenis, fútbol y paddle. A mitad de camino entre San Bernardo y La Lucila, con una costanera cuidadosamente forestada, se encuentra Costa Azul, un balneario de tipo residencial donde se instalaron complejos turístico de primer nivel.
Para más información contactarse con la página de Internet: www.sanbernardo.com.ar