Tossa del mar: La Babel de las artes

Artistas de todo el mundo buscan inspiración en el pueblo de pescadores de la Costa Brava española

Corina Canale

Los bohemios españoles llaman a Tossa del Mar "la Babel de las artes", y en consecuencia los artistas buscan inspiración en los colores de este pueblo de pescadores que está en el corazón de la Costa Brava y muy cerca de Barcelona.
Por detrás de Tossa corre el macizo de Cadiretes, una reserva natural atravesada por senderos, y frente a ella se abren todos los azules y los aromas del Mediterráneo, una extensa franja marítima que concentra lo mejor de los servicios turísticos.
También hay mucha historia en Tossa del Mar, como el rico patrimonio histórico-artístico que cobija Vila Vella, un recinto medieval amurallado que conserva entre sus piedras ocho siglos de vida, donde griegos y romanos dejaron su impronta en el pueblo custodiado por el mar y las montañas.
Pero también hay una Vila Nova, costera y bulliciosa, en la que está el Museo de Arte Contemporáneo que exhibe obras de Chagall y Sunyer, y los restaurantes que cocinan de todo pero nada tan bien, tan a punto, como los platos de pescado.
Muy respetuosos de sus tradiciones, éstas son parte activa en la vida de los catalanes de Tossa del Mar, que el 20 de enero caminan hasta Santa Coloma de Farners para cumplir con "el voto del peregrino", su tradición más ancestral.
Y en agosto, cuando los visitantes colman sus 14 mil plazas hoteleras, es el tiempo del concurso internacional de pintura rápida, para el que llegan artistas de todos lados. A los artistas se los encuentra pintando y dibujando en la feria semanal de los jueves, un colorido mercado de pulgas callejero.
Desde Tossa es preciso llegar a Cadaqués, no sólo porque es la ciudad natal de Salvador Dalí sino porque es bellísima y está a sólo media hora de auto, en el fondo de una profunda bahía con puerto natural. En esta ciudad buscaron inspiración y descanso genios como Picasso, pero fue Dalí el que le dio prestigio internacional.
Sin embargo, es la cercana ciudad de Figueres donde está el Teatro Museo Dalí, en cuyo interior está la tumba del artista rodeada por muchas de sus obras. También la torre Galatea, donde murió el pintor surrealista, son muy visitadas por los turistas del mundo que recorren la Costa Brava.

Un pueblo de pescadores con aires medievales.