Año CXXXVI
 Nº 49.665
Rosario,
domingo  17 de
noviembre de 2002
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Análisis político
Una psicosis nacional

Jorge Sansó de la Madrid / La Capital

Es la oficina cuya prelatura sólo está por debajo de la que ocupa el gobernador y muy por encima de cualquier otro ámbito de decisión en la Casa Gris, pero no figura en el protocolo oficial. El periodista de La Capital se disponía a abandonarla tras la entrevista. El funcionario había reservado un bocadillo para el final, a salvo del grabador: "Yo no descarto -sopesó las palabras con parsimonia y fue afirmativo en cada una- que si se cambia el cronograma electoral el Lole sea candidato a presidente".
El dato no parece agregar nada a lo que tantos funcionarios del gobierno provincial dicen. Ya sea desde el anhelo o la ilusión. Sin embargo, una de las condiciones explícitas en la sentencia está a punto de cumplirse. Salvo porque esta noche el presidente Eduardo Duhalde se dispone a conversar con los gobernadores sobre la marcha de las negociaciones con el FMI y, se dice, también sobre la necesidad de un nuevo cronograma electoral nacional a partir del fallo de la Cámara Electoral Federal que el viernes restituyó las internas abiertas y simultáneas que había denegado la jueza María Servini de Cubría.
Todo parece calzar de antemano como un guante para quienes requerían más tiempo. Ya no existe posibilidad material de cumplir con los plazos legales a fin de desembocar en internas partidarias el 15 de diciembre y en generales el 30 de marzo. La opción es eliminar las internas por una ley del Congreso, materia que se encuentra en análisis, o fijar nuevas fechas que irán más adelante en el tiempo.
En este contexto la frase del funcionario se vuelve reveladora al aludir que Reutemann buscaría más tiempo. Y si algo le incorporaría cierta verosimilitud, es el entusiasmo evidenciado en las últimas semanas en el Palacio de Gobierno. A lo que se sumaría la febril actividad de los hombres del gobernador quienes, alejados ya de discreciones de meses atrás, se encuentran abocados a armar estrategias electorales.
No es casual que la diputada nacional del ARI Elisa Carrió, retornada a la senda presidencial, haya visitado el viernes Santa Fe para denunciar que el PJ santafesino busca hacerse las reglas de juego a medida, en referencia a la intención del oficialismo de reformar la ley de lemas en la provincia. "Quieren discriminar al ARI" dijo la chaqueña y responsabilizó personalmente a Reutemann por ello, demostrando así conocer las alternativas de las jugadas, provincial y también nacional, de los peronistas santafesinos.
"Es lindo, nada más", comenzó Carrió disfrazando de piropo su primera crítica a Reutemann, a quien le dejó en claro que encabezaba una contraofensiva: respaldar al rosarino Hermes Binner, su casi seguro candidato a gobernador, a quien le expresó "su más profundo respeto". Ese mismo día, pero en Rosario, el intendente, proclamaba a Carrió como la "única figura capaz de llevar adelante un proceso de cambio".
Ambos dijeron que las desavenencias de otras épocas quedaron atrás y daban un paso singular en la relación partidaria. Mientras el ARI y el Partido Socialista a nivel nacional se pelean, ¿por qué se juntan en Santa Fe? "Por que está el Lole, quien, como candidato o no, es una carta fuerte del PJ", especuló una dirigente del ARI.
Como sea, la principal pesadilla del peronismo santafesino adquirió de este modo una forma más sólida de amenaza para poner a sus hombres al borde de la psicosis. Desde hace tiempo la Casa Gris viene registrando su preocupación por la ausencia de líderes en el radicalismo capaces de regular el crecimiento que atribuyen a Binner, pero más por este último dato que le reflejan sus propias encuestas en las que Carrió, además, también aparece bien posicionada en territorio santafesino.
De modo tal que la consistencia electoral que los socialistas pudiesen mantener en la ciudad de Rosario se vería de ese modo complementada con el arrastre que la figura de Carrió generara en el centro-norte provincial. Una sociedad de mutua conveniencia recíproca para el intendente y la candidata presidencial que los peronistas en un intento por coartar han puesto de manifiesto con su proyecto de reformar la ley de lemas.
Carrió y Binner han comenzado a sopar en el guiso que el peronismo recién puso al fuego. La diputada no sólo respondió con solvencia respecto de la iniciativa peronista sino que lo usó de plataforma para anunciar una alianza entre su partido y el socialismo en la provincia repitiendo la estrategia que usó en 1995 la Alianza Santafesina: "Se quiere discriminar al ARI", retrucó.

La advertencia de Carrió
En aquel año, radicales, socialistas y demoprogresistas recurrieron a la Justicia electoral que falló en su favor y el peronismo no pudo hacer, lo que en rigor quiere hacer ahora, prohibir las alianzas entre partidos con más de un sublema. "Existe el antecedente judicial, espero que estos tipos tomen nota de que Lilita les vino a decir que le vamos a dar batalla", aseveran desde el ARI.
"Si uno es republicano y democrático no puede alterar perversamente las reglas de juego en su propio beneficio. Me parece poco democrático armar una ley de lemas a medida del PJ de Santa Fe. Si Reutemann cree que es diferente a los demás lo tiene que probar con los hechos y no con el silencio. Y acuso directamente al gobernador Reutemann de esto", mostró los dientes Carrió dispuesta a hacerle pagar al gobernador los costos de la discusión sabedora de que éste cuida su imagen con celo obsesivo. "Es un tema muy delicado en la provincia. Cualquier determinación referente al futuro la dejo en manos de los partidos. Hay opiniones muy encontradas" se ataja casi de modo simultáneo Reutemann revelando también que "hace tiempo" pidió "a las autoridades partidarias que tomen una decisión oficial respecto del tema".
Aunque lo firmó en soledad el presidente del bloque de diputados peronistas, Ariel Ugalde, el proyecto de reforma de la ley de lemas viene inspirado desde lo más alto del poder reutemista y no es nuevo. Los lectores de esta columna lo conocen. Hace seis meses se expusieron en este espacio las alternativas del mismo que ahora varió en un detalle: antes propiciaba la creación de dos sublemas por partido y hoy tres.
Desde entonces hasta llegar el jueves a la Cámara de Diputados el proyecto pasó por las manos de los funcionarios de Reutemann, de las autoridades partidarias, de los integrantes de los bloques legislativos y del propio gobernador, quedando a la espera del momento propicio para su presentación que llegó después de que en el gobierno conocieran la reunión secreta mantenida por Binner y Carrió en la que ambos no sólo limaron asperezas sino que prohijaron las más importantes definiciones político-electorales de los últimos tiempos en la provincia desde el arco opositor: aliarse y que el intendente será el candidato a gobernador. Algo que, por razones estratégicas, se negará en público durante algún tiempo.
Si la base de sustentación de Binner es la ciudad de Rosario, el PJ enfiló hacía allí sus cañones con la reforma política. Reducir a la mitad el número de concejales desdibujando las chances de las minorías para integrar el cuerpo es, a todas luces, quitar un aliciente de peso a las alianzas y los apoyos. Si a ello se le agrega la reforma planteada a la ley de lemas está claro el objetivo. Que, además, lo admiten en privado los peronistas quienes de este modo, en desmedro de las otras dos fuerzas tradicionales de oposición -la UCR y el PDP- parecen estar eligiendo a su próximo adversario. Cuentan con que en algún momento sus intereses se tocarán con los de algún sector del radicalismo y de la democracia progresista, que se han llevado a las patadas con Binner.
Todo ocurre en un tiempo en que la relación entre Duhalde y el intendente atraviesa un significativo grado de distensión y hasta de camaradería, con gestos sobreactuados pero no ociosos. "Che, Hermes, ¿y tu partido cómo está para las elecciones, vas a ser candidato a gobernador", le preguntó Duhalde a Binner el martes 22 de octubre último durante un asado en la quinta presidencial del Olivos, como publicó este diario. "Lo que pasa es que tenemos la ley de lemas, no te la recomiendo para que la impongas a nivel nacional", le contestó como un susurro el intendente. "¿Y por qué no derogan esa ley?", repreguntó el presidente. "Eso preguntáselo al Lole", se animó a meter el bocadillo Binner. Y Duhalde socializó la pregunta levantando la voz: "Che, Lole, dice Binner que le saques de encima la ley de lemas". Reutemann abrió los ojos, miró a su derecha y pasó la pelota. "Preguntale a (Jorge) Obeid", disparó en relación al diputado nacional que quiere volver a ser gobernador. Pero éste no se quedó atrás: "Eduardo, lo que sirve no se toca", sentenció. Binner abrió los brazos y miró al presidente como queriéndole decir: "Estos la quieren mantener hasta el fin del mundo".

La oficina de la inquietud
Reutemann había llevado a Binner a la firma del decreto que autorizó la continuidad de las obras del Rosario-Victoria y pocas horas después le preparó el Salón Blanco y toda la pompa oficial para que éste anunciara una feria rosarina desde Santa Fe. Todas decisiones que, entre otras, pero principalmente, antes de entrar al despacho de Reutemann pasaron por la oficina de la que salió inquieto el periodista de La Capital.
Por esa oficina pasaron los integrantes de la agrupación Perón Vuelve y lograron autorización para inundar la Capital Federal con afiches desde los que un sonriente Reutemann acompañaba la leyenda "Vamos Lole", el pasado 17 de octubre. Hay antecedentes de que desde esa oficina se consintió en otros momentos la participación del gobernador en entrevistas con medios y periodistas nacionales, ¿allí recurrieron los hombres de CQC que el viernes lograron, finalmente, entrevistar al gobernador en Cayastá despertando la psicosis política y periodística que se extendió por todo el país, inquiriendo saber si Reutemann se había retractado de sus nones dando el sí? Sin entrar en ninguna teoría conspirativa que, de todos modos, no se ajustaría al caso, las estrategias políticas de estos tiempos deben, inexorablemente, valerse de los medios de prensa. Pero sin pensar que la presencia de los hombres de Pergolini en el medio del campo, a más 70 kilómetros de Santa Fe, haya sido convocada ex profeso desde el gobierno provincial. Y admitiendo que los periodistas se movieron con el legítimo interés de entrevistar a una de las figuras más importantes que tiene el oficialismo a nivel nacional, ¿no es dable imaginar que quien quiera que haya sido que le flanqueó los datos de cómo llegar hasta Reutemann y anotició al gobernador que tendría esa visita, pudo no haber desdeñado una tribuna televisiva nacional suficientemente ambigua como para poder decir un sí sin desdecirse de tantos no? Al fin de cuentas todo se trataría de una humorada. ¿Cómo resistirse a medir una insinuación si no se descarta que con un cambio de cronograma electoral, como el que está por producirse, "el Lole sea candidato?".
En contra de su tradición, el viernes en Santa Fe Carrió no habló de Menem. Se dedicó a fustigar al Lole, mientras éste le decía, muerto de risa, al cronista de CQC en Cayastá: "Tenés la primicia" y en el país se despertaba otra ola de psicosis respecto de su broma. "El primer chiste es que Reutemann haga un chiste", dijo el psicólogo rosarino Jorge Besso a La Capital, para quien "es curioso que bastara que él dijera que sí para que los numerosos «no» que viene dando se cayeran". Un dato que ya debe estar atesorado en la Casa Gris.



(Ilustración: Chachi Verona)
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