El arte es transgresión pero a veces exagera, como sucedió ayer en la Capital Federal cuando creativos del Centro Cultural Ricardo Rojas arrojaron 25 muñecos del tamaño de un adulto en las calles de distintos barrios, como si se tratara de personas muertas o heridas por algún vehículo, para filmar la reacción de la gente. Las ambulancias del Sistema de Asistencia Médica de Emergencia (Same) se movilizaron como enloquecidas de un lado al otro, ante los llamados de vecinos, sin comprender qué pasaba y en todas las ocasiones se encontraron con muñecos de látex que simulaban ser accidentados. En algunos casos, vecinos indignados trompearon a fotógrafos y camarógrafos.
Los creadores buscaban justamente eso: analizar las reacciones de la gente, por lo que junto a cada muñeco había fotógrafos, camarógrafos y personas que tomaban datos, a quienes algunos vecinos, cuando se percataron, intentaron trompear.
Todo el movimiento obedecía a un trabajo artístico denominado "Intervención Urbana" que ideó el director de teatro Emilio García Wehbi para el Proyecto Filoctetes, elaborado en el Centro Cultural Ricardo Rojas, según voceros del organismo.
La experiencia consistía en arrojar en 25 puntos de la Capital Federal muñecos de látex, del tamaño de una persona adulta, como si fueran accidentados o indigentes, en posiciones "llamativas", para "observar como reaccionaba la gente".
Unos simulaban ser crotos, otros estar ciegos; unos tenían casco de bomberos y otros estaban bien vestidos, pero todos coincidían en tener sus ropas manchadas de lo que parecía ser sangre o tener a su lado un charco de tinta roja.
El experimento ciudadano comenzó ayer a las 7 y se extendió hasta las 15 y, tal como se esperaba, la gente "reaccionó".
Lejos de mostrarse indiferente, atosigó con llamadas a los operadores del Same que lanzaron sus ambulancias de acá para allá en número inusual.
Un médico ahí
La sorpresa comenzó cuando cada uno de los médicos a cargo de las ambulancias comenzaron a llamar a sus supervisores desde cada barrio para informales que había ido a ver cómo estaba "un muñeco".
El primer caso fue detectado por la policía en la esquina de Córdoba y Callao: en minutos, los agentes se percataron de que se trataba de una experiencia del Centro Cultural Ricardo Rojas y atenuaron las alarmas que partían de los vecinos de ese barrio.
Pero al rato, los vecinos comenzaron a llamar al Same desde Córdoba y Florida, desde Cabildo y Juramento, desde Paseo Colón y Belgrano, desde avenida San Martín y Juan B. Justo, desde Federico Lacroze y Córdoba, y desde Córdoba y Scalabrini Ortiz.
En las plazas de los Dos Congresos, Lavalle y el parque Rivadavia también había muñecos y hacia allí fueron las ambulancias; en cambio, en los barrios más pobres de la ciudad, hacia el sur y el oeste, como Villa Lugano, Soldati y Mataderos, no colocaron ningún maniquí.
El asistente de producción del Rojas, Martín Tufró, explicó que "al Same le entregaron una lista con los lugares donde iban a estar los muñecos, por lo que supongo que ellos tuvieron problemas y que se les traspapeló esa información".
El vocero detalló que hubo incidentes en un par de lugares debido a que "la gente quiso golpear a los fotógrafos" cuando los vieron registrar a los vecinos después que los asustaron con la presencia de los muñecos.
Tufró dijo que García Wehbi es el creador del Grupo Periférico de Objetos y que ayer recorrió cada uno de los 25 lugares donde tiraron los muñecos.
Los materiales filmados y registrados en cada uno de los 25 puntos de la ciudad serán compilados durante tres días para ser evaluados entre los participantes del Proyecto Filoctetes.
Esos materiales van a ser volcados en una exposición que se abrirá al público en diciembre próximo, en el Centro Cultural Ricardo Rojas.
El nombre del proyecto no es casual: Filoctetes es un personaje de la mitología griega, un mendigo sucio y pestilente, al que desterraron a una isla por su desagradable condición. (Télam)