"El primer chiste es que (Carlos) Reutemann haga un chiste". De este modo, el psicólogo rosarino Jorge Besso se metió ayer de lleno en el siempre difícil arte de interpretar los mensajes del gobernador santafesino. Tras asegurar que "el primer chiste es que Reutemann haga un chiste", Besso atribuyó lo ocurrido en la localidad de Cayastá a que "tantas veces se le haya preguntado al gobernador por el mismo tema". "Es curioso que bastara que él dijera que sí para que los numerosos «no» que viene dando se cayeran", subrayó el psicólogo, consultado por La Capital acerca de las declaraciones del Lole al programa "Caiga quien caiga". Fue entonces cuando, al profundizar en el contexto de la broma, Besso se detuvo en una constante de los últimos meses: "Es llamativo que a alguien tan serio como el gobernador no le crean los «no»". El psicólogo explicó que la broma "consta de dos partes: tiene sentido, que en este caso sería instalar una realidad dentro de la realidad". Y sostuvo que, "al hacerlo sin esa otra realidad, Reutemann se anima o asume lo que mucha gente pareciera desear". "Es probable que tenga, o se piense, en cierta intencionalidad de que, a través de la broma, él pueda tomar una actitud activa", ahondó Besso, quien también reconoció la posibilidad de que se trate de una jugada "para salir de una situación de acoso", en este caso periodístico. "Daría la sensación de que Reutemann dice que no porque no puede afirmar que sí", planteó el psicólogo, quien de inmediato destacó: "Uno puede decir que no, negándose a lo que sea, pero otra cosa es hacerlo cuando, a lo mejor, se quisiera dar un «sí»". "Aunque no sé si al gobernador le falta el OK de algo o alguien", concluyó Besso. Lo cierto es que los días por venir prometen seguir deparando más sorpresas. Por lo pronto, continúa flotando aquel viejo interrogante: ¿detrás de toda broma se esconde una verdad?
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