Representantes de los países firmantes de la Convención sobre Armas Químicas de la ONU reanudaron ayer en Ginebra las conversaciones para facilitar la verificación de la ausencia de este tipo de armas, interrumpidas hace un año por la oposición de Estados Unidos a las inspecciones. La Convención sobre Armas Químicas, vigente desde 1972, prohíbe el desarrollo, producción, y almacenaje de armas biológicas y bacteriológicas. Estados Unidos se niega a aceptar estas inspecciones, aduciendo motivos de seguridad, ya que, según Washington, países enemigos podrían utilizar estas verificaciones para hacer espionaje industrial. (Télam)
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