Bagdad. - La comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento iraquí aconsejó ayer a su gobierno que rechace la resolución 1.441 sobre su desarme aprobada el viernes por el Consejo de seguridad de la ONU. El dictamente fue avalado por el titular del Parlamento, Saadun Hammadi. Mientras, Washington reiteraba sus amenazas de guerra. El presidente estadounidense, George W. Bush, afirmó que utilizará el "poder abrumador y toda la fuerza y poderío de las Fuerzas Armadas" contra Irak si es necesario. "La comisión de Relaciones Exteriores y árabes del Parlamento recomienda a los dirigentes iraquíes que rechacen la resolución 1.441 del Consejo de Seguridad de la ONU, que es injusta", anunció el presidente de esa Comisión, Salem Al Kobaissi, durante una sesión abierta a la prensa extranjera. El parlamento iraquí fue convocado por el presidente Saddam Hussein para "estudiar" la resolución y someter sus conclusiones al Consejo de dirección de la revolución, el órgano de gobierno iraquí con mayor poder, presidido también por Hussein. Kobaissi aseguró que el Parlamento daba todo su apoyo a las decisiones que adoptó y adoptará Hussein por el bien de Irak. "Le recomendamos que dirija la vida política en Irak para actuar como él crea conveniente con el fin de defender a su pueblo", añadió. El presidente del Parlamento iraquí, Saadun Hammadi, indicó después de la intervención de Kobaissi que la resolución será estudiada hasta hoy, pero apoyó el dictamen de la Comisión de Exteriores. Las autoridades iraquíes calificaron la 1.441 de "mala e injusta", aunque anunciaron que la examinaban "con tranquilidad", dejando entrever que se resignarían a aceptarla. Según un alto cargo del partido Baas en el poder, Saad Kassem Hammudi, Bagdad tiene interés en cooperar con los expertos en desarme "como ya hizo en el pasado" para lograr el levantamiento del embargo impuesto a Irak desde hace doce años. Todo apunta a que Bagdad acabará plegándose a las exigencias de la resolución siguiendo las recomendaciones de todos sus vecinos árabes, deseosos de evitar por todos los medios dar pretextos a Estados Unidos para llevar a cabo una operación armada. Irak tiene de plazo hasta el 15 de noviembre para pronunciarse sobre la resolución, aprobada por unanimidad en el Consejo de Seguridad de la ONU, que endurece el régimen de inspecciones del armamento iraquí y es su "última oportunidad" para deshacerse de su arsenal y evitar así una guerra. La asesora de seguridad nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice, desestimó la declaración de la comisión de Relaciones Exteriores del parlamento iraquí. "Esperaremos para escucharlo oficialmente del gobierno iraquí. Pero seamos muy claros: no tienen el derecho de aceptar o rechazar la resolución", indicó Rice, al insistir que el presidente iraquí Saddam Hussein tendrá la última palabra. Temiendo una acción militar estadounidense, el diario oficialista iraquí Al Jumhuriya pidió a los árabes que atenten contra los intereses de Estados Unidos si ese país ataca a Irak. En el comunicado se destaca que en caso de agresión contra Irak, será un deber de todos los árabes, gobiernos y pueblo, atacar los intereses norteamericanos y utilizar el arma del petróleo y de los bienes árabes contra su enemigo. Mientras, Washington prosigue su campaña de advertencias contra el régimen de Saddam Hussein, el presidente estadounidense George W. Bush reiteró ayer las amenazas de una intervención militar. "Si la acción militar se vuelve necesaria para nuestra propia seguridad, vamos a utilizar toda la fuerza y poder de Estados Unidos y vamos a triunfar", anunció Bush. "Irak se comprometió a desarmarse hace más de una década. Ha sido una década de engaños sistemáticos, obligaciones incumplidas y violaciones sin condena. Esos juegos han terminado", declaró. Hablando en la Casa Blanca en el Día del Veterano, Bush afirmó que el desarme del régimen iraquí es una tarea urgente para Estados Unidos y el mundo. En caso de guerra, Washington tendrá que prescindir de la ayuda de Alemania, cuyo ministro de Relaciones Exteriores, Joschka Fischer, reiteró que su país no participaría en una guerra contra Irak. Por su parte, el secretario general de la Liga Arabe, Amr Mussa, declaró que pedirá a la ONU la inclusión de árabes en el equipo de expertos encargados del desarme iraquí. (AFP y DPA)
| |