Los bolsillos argentinos están innegablemente empobrecidos. Pero en este marco ominoso comienza a salir a luz un sector distinto, no sólo por su poder adquisitivo sino por sus pautas de consumo: el de los homosexuales que, a diferencia del resto de la sociedad, gastan más y buscan artículos y servicios de nivel superior. La demanda resulta interesante para las empresas. Forma parte de un mercado creciente al que no le es dificultoso posicionarse en el segmento ABC1 (de mayores ingresos). Sus negocios y profesiones suelen ser económicamente rentables porque los gays no tienen distracciones económicas en sus hijos y quieren grupos de pertenencia. Varios empresarios suelen repetir que "consumen mucho". Las proposiciones surgidas de las técnicas de marketing en Argentina están dirigidas a un sector integrado por alrededor de 500 mil personas que mueven una masa para nada despreciable del dinero que circula en el país.
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