* Se calcula que el 30 por ciento de los sifones comercializados en Rosario incumple normas de apto para consumo. * Las plantas clandestinas toman el agua de la canilla sin pasarla por los filtros (en Granadero Baigorria una lo hacía con agua de pozo). Utilizan llenadoras manuales de uno o dos picos. * Tampoco garantizan la limpieza de los sifones previo al llenado. * Los sifones clandestinos en general están raspados y no llevan ninguna inscripción; o el de una marca poco conocida, no habilitada. También carecen de la bolsita protectora en el pico contra las partículas. * A los comercios minoristas la soda envasada en plantas irregulares se les provee a 25 centavos o 30 centavos el sifón; los de las soderías habilitadas a 45. Al público llegan ambos productos desde 50 a 75 centavos. * Los locales canjeadores (que no envasan) son los que abastecen envases, siempre usados, y cuyo origen pudo haber sido el robo. En algunos casos son los que se encargan de rasparlos para que no queden huellas de la fábrica a la que pertenecían. En otros, esperan que la propia sodería venga a rescatarlos. Los venden desde 20 centavos a un peso. * Las soderías habilitadas, cuando compran en fábrica abastecedoras de envases nuevos (que no las hay en Rosario, sí en Córdoba y Buenos Aires) pagan 3,50 pesos por unidad. * Las soderías habilitadas dicen tener que someter a inspección técnica anual los vehículos de reparto en el Cita (taller municipal de Lagos y Montevideo). Los clandestinos -según las denuncias- distribuyen en vehículos irregulares y hasta carros tirados por caballos. * Demás está decir que el circuito clandestino elude el pago de impuestos y tasas (IVA, registro e inspección e ingresos brutos).
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