Mauricio Tallone / La Capital
Cuando todos creyeron que había pasado de todo, todavía había cosas por decir. Cuando ya habían dicho lo suyo aquellos directivos peso pesado y los peso pluma, todavía faltaba darle el toque formal a la salida. Cuando las declaraciones vertidas por César Luis Menotti el lunes en Ovacion ya habían configurado un cóctel frenético y explosivo en la cúpula dirigencial canalla, todavía el Flaco tenía debajo de la manga una balacera de palabras en el día de su despedida. Eran cerca de las 14 del instante más ajetreado en la vida del ahora ex técnico de Central. Después de estar reunido en el hotel Riviera por espacio de una s horas con sus colaboradores, el secretario Nestor Mascó y el dirigente Juan Carlos Forno para cerrar oficialmente su desvinculación, Menotti se levantó de la mesa negociadora, acumuló oxígeno y encaró el racimo de micrófonos y grabadores para confirmar lo que nunca hubiera querido. "A pesar de que el presidente del club no tuvo el coraje de venir a despedirme, hoy sí puedo decir que no soy más el entrenador de Central", fue el inicio del minidiscurso que dio el Flaco para hacer público su alejamiento y el de todo su cuerpo técnico, junto a Roberto Pasucci (coordinador de las divisiones inferiores) y Francisco Russo (técnico de la reserva). Luego trató de poner cara de nada, se unió nuevamente a la mesa para esperar que le acercaran la documentación firmada por el escribano Víctor Vesco y entonces sí darse por despedido. En un brote de impulso ordenó sus sensaciones como pudo y dejó bien claro el identikit de quiénes le vinieron dinamitando la vereda para apurar su salida. "Me voy del club con todo el dolor del alma porque yo soy hincha de Central de verdad y no como estos dirigentes. No me siento traicionado, en todo caso me siento avergonzado de que mi club esté dirigido por esta clase de personajes", continuó, como si ya hubiera aprendido a recitar de memoria la lista de sus nuevos enemigos. "La verdad, esperaba otro respaldo de estos directivos. Me echaron utilizando la metodología de la trampa, porque no tuvieron huevos para decirme que no querían que siguiera siendo el técnico. De ahora en más, voy a estar atento para contestar cada cosa que digan en los medios. Si abren la boca, ahí voy a estar presente para contestarles. Pero esto es Central, estos son sus dirigentes. Cuando se gana un partido aparecen todos, pero cuando hay que echar a un técnico hacen lo mismo que hoy (por ayer) en la foto de La Capital. No quiero ni que me hablen de la comisión, todos sabemos que a Central lo maneja un tipo y tres o cuatro más. Después los otros están para subirse al micro y garronear algún pasaje para acompañar al equipo. No me hagan reír, ustedes creen que esos que salieron junto a Vesco en el diario tienen autoridad para opinar que me echen. Si pasa eso, le pegan un bife", siguió. "Me voy, pero yo tengo mucho más pergaminos que todos los dirigentes que hoy manejan el club. Yo no soy un entrenador cualquiera para Central, a pesar de que me hayan echado como a cualquiera". Colorín colorado, al ciclo del Flaco lo dieron por terminado.
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